Restaban cinco minutos para el inicio del esperado acto de Pedro Sánchez en Zamora, pero las butacas traseras del Teatro Ramos Carrión seguían sin llenarse. Fue en ese momento cuando por la puerta entró un importante número de personas, cuyos asientos estaban reservados tanto en esa parte oscura del liceo como en las gradas que el Partido Socialista había establecido en el mismo escenario, rodeando el atril principal. Por los pasillos entraba una delegación de socialistas bercianos, llegados en autobús desde diferentes puntos de la comarca leonesa como Ponferrada o Cacabelos. También habían aparecido antes militantes de Tordesillas, Ávila o León. Ya no era igual que hace siete meses.

Pese a que estaban en el mismo escenario y con los mismos protagonistas, el halo del mitin celebrado ayer en la capital era completamente diferente. El pasado 27 de marzo, el presidente del Gobierno llegaba a la ciudad de Zamora envuelto en una vorágine de entusiasmo mezclado con movilización que hizo colgar el "no hay butacas" varios minutos antes del inicio del acto. Tanto fue así que decenas de zamoranos tuvieron por imposible entrar en el Ramos Carrión y tuvieron que seguir el mitin a través de unas pantallas dispuestas de manera improvisada en una de las salas contiguas al espacio principal de la Diputación Provincial de Zamora.

Ayer, con exacta puesta en escena, minutos antes del acto apenas había colas en el recinto. Y todo ello pese a los exhaustivos controles de seguridad dignos de la visita de un presidente del Gobierno. La llegada de Pedro Sánchez también fue diferente. Si en aquella ocasión primaveral el líder del PSOE se daba un paseo por el mirador de San Cipriano, visitaba el Museo de Semana Santa y saludaba a los viandantes, ayer tan solo recorrió el exiguo tramo que separa al Parador Nacional de Turismo -donde fue recibido por los compañeros provinciales- del Teatro Ramos Carrión.

A las puertas del liceo provincial se encontraban, guarecidos de la lluvia bajo una cornisa, una representación de cinco personas de Jusapol reclamando la equiparación salarial para los cuerpos nacionales de seguridad respecto a los autonómicos y locales. Aún había algún rezagado a la llegada del presidente que quería entrar para escuchar lo que tuviera que decir. Y el goteo de asistentes fue creciendo a medida que iba avanzando el turno de intervenciones. Primero fue Mar Rominguera, quien se encargó de abrir el acto. Le tomó el testigo el número uno de su lista, Antidio Fagúndez, quien posteriormente presentó a Luis Tudanca. Para finalizar, el presidente Pedro Sánchez. "Me decía un compañero según avanzaba por el patio de butacas que, si el PSOE gana en Zamora, también gana en España; pues ya sabéis, a ganar", exclamaba el presidente ante una tribuna que, aunque más exigua que en marzo, nunca estuvo mermada de ilusión.