Entre gritos de "Con Rivera no", Pedro Sánchez ha sido recibido en Zamora por decenas de simpatizantes en la plaza de Viriato antes de acceder al Teatro Ramos Carrión, donde varios miembros del sindicato Jusapol se han concentrado para exigir la equiparación salarial con otros cuerpos de seguridad.

Sánchez ha empleado uno de los comentarios realizados por un zamorano para comenzar su intervención en el liceo provincial. "Cuando hacíamos el paseíllo ha habido un hombre que me ha dicho: "Si ganamos en Zamora, gobernamos en España". Pues a ganar en Zamora y a gobernar en España", ha expresado entre los aplausos del público.

Mar Rominguera, número dos del PSOE al Congreso por Zamora, ha sido la encargada de abrir el multitudinario acto de campaña. Durante su alocución, Rominguera ha supeditado la reapertura del campamento militar de Monte la Reina a la victoria del PSOE en las urnas el próximo 10 de noviembre advirtiendo que no será una realidad "gobierne quien gobierne", como aseveró el jefe del Estado Mayor del Ejército la pasada semana en Zamora, sino que el proyecto se materializará solo si gobierna el partido socialista.

Rominguera ha dado paso a su compañero y líder del partido en Zamora, Antidio Fagúndez, recordando que es quien le ha relevado como número uno en la cabeza de lista a la Cámara Baja. En sus primeras palabras, Antidio ha querido agradecer a Pedro Sánchez el "compromiso con esta tierra y con los problemas de los zamoranos". El responsable provincial se ha congratulado de los resultados de los pasados comicios del 28 de abril en Zamora, donde el PSOE ganó en la provincia, algo que no ocurría desde 1982, y ha pedido el voto para el partido del puño y la rosa.

En este este sentido, Fagúndez ha cargado con el "ego de Pablo Iglesias" para impedir la formación de un Gobierno progresista y ha reprochado todos los vetos y cordones sanitarios impuestos por los partidos de derecha, quienes a su juicio muestran un "odio enfermizo" hacia el presidente del Gobierno. De ahí que haya pedido una amplia mayoría para no depender de otros partidos, incluyendo los independentistas tras el "horror y sufrimiento" visto durante la semana pasada en las calles de Barcelona tras la sentencia del Tribunal Supremo sobre el "procés".

En este punto, ha alabado la gestión de la crisis catalana afirmando que era "muy difícil mantener la cabeza fría" y ha apelado a la "sensatez y cordura, ya que con la violencia no se llega a ningún sitio". Tras la intervención del líder regional Luis Tudanca, ha llegado el turno de Pedro Sánchez, quien ha articulado su discurso en torno a cuatro reflexiones sobre la democracia, Cataluña, las Elecciones Generales y el papel de los socialistas en los comicios del próximo 10 de noviembre.

Sánchez ha tildado la exhumación de Franco de mañana como una "gran victoria de la democracia española" y respecto a Cataluña, ha ironizado: "Ahora Torra me llama todos los días". El presidente se ha reafirmado en su posición defendiendo la "firmeza democrática" mostrada por su Ejecutivo y le ha vuelto a pedir a Quim Torra una llamada a la "convivencia" que "condene la violencia con templanza". "No faltemos a esa cita, a votar, a ganar y a gobernar", ha concluido.