La planificación institucional ha sido clave para que el primer día de consultas en el nuevo hogar de los usuarios de Parada del Molino se haya saldado con relativa normalidad. Esa, al menos, ha sido la sensación de los pacientes que durante la jornada de ayer estrenaron las nuevas instalaciones habilitadas en el edificio administrativo del centro de salud de Santa Elena. Más de 15.000 personas de San José Obrero y San Lázaro tendrán que acudir a este punto de la capital durante los próximos dos años para visitar a su médico de familia. Y como tiene que ser así, porque no hay vuelta de hoja, la predisposición en estos compases iniciales del cambio está siendo muy buena por su parte. Hubo quien decidió bajar andando, otros en el autobús habilitado especialmente para la ocasión y algunos que prefirieron hacerlo en su coche. Estos últimos fueron los únicos en poner pegas: no hay aparcamiento suficiente.

Eugenia Martín estaba citada a las 11.15 horas de este pasado lunes por su médico de siempre en Parada del Molino. Para ayudar con las complicaciones que pudieran surgir en el primer día, las consultas arrancaron ayer a las once de la mañana, algo más tarde del horario habitual. Esta mujer acudió acompañada por su hijo y los dos bajaron en autobús desde San José Obrero. El transporte, "correcto". La espera en el centro, "solo cinco minutos". Y las nuevas instalaciones, "muy bien, casi mejor que antes". Preguntada por el trastorno de cambiar de ubicación, Eugenia tira de pragmatismo: "Es lo que hay, así que tendrá que ser así y esperemos que la obra de allí arriba no se retrase mucho".

La opinión de esta ciudadana fue la nota generalizada de los primeros pacientes que estrenaron las instalaciones en la jornada de ayer. El autobús urbano paraba en la misma esquina de la calle Túnel y la explicación a su llegada estaba más que clara. Sacyl Por si eso fuera poco, en la misma puerta del antiguo inmueble de la Gerencia de Atención Primaria también se puede leer que ahí es donde deben entrar los ciudadanos de San Lázaro y San José Obrero para pasar sus consultas.

De allí salía Carlos en torno a las once y media de la mañana. En su caso, tuvo que aguardar en la sala de espera quince minutos "porque no se aclaran mucho todavía". Él bajó en su coche particular desde la calle de La Hiniesta y en eso ha notado el cambio. "Antes estaba a un paso andando y hoy menos mal que he venido con tiempo, porque está imposible para aparcar", señalaba este usuario. Esa es la principal pega de quienes han sufrido el cambio de Parada del Molino a Santa Elena, aunque a nadie le puede resultar una sorpresa. La zona de la plaza de toros siempre ha sido un embudo para la circulación y una quimera para el estacionamiento. Ahora es lo mismo, pero con un flujo de centenares de pacientes que acudirán hasta allí cada día de manera extraordinaria mientras duren las obras de Parada del Molino.

Pese a este detalle, la realidad es que quienes ayer utilizaron por primera vez los nuevos servicios de Santa Elena tuvieron una experiencia satisfactoria. El autobús urbano que ha incorporado una parada especial en esta calle mantenía el volumen de pasajeros habitual, aunque dependiendo del servicio. Respecto al resultado final de las obras de adecuación de la antigua Gerencia de Atención Primaria, la sensación es de que se trata de un lugar preparado y agradable para esta travesía de dos años, especialmente en la zona habilitada para el servicio de Pediatría. Cabe recordar que la Junta de Castilla y León ha invertido 135.000 euros en la reforma del edificio y que en él se han establecido todas las dotaciones existentes en el centro de salud de Parada del Molino.

La Consejería de Sanidad ha calculado en dos años el plazo de construcción del nuevo centro de salud, que costará aproximadamente 2,7 millones de euros. Mientras tanto, los más de 15.000 usuarios de Parada del Molino deberán acudir a las instalaciones de Santa Elena, que ha demostrado ser capaz de canalizar el nuevo volumen de gente.