Las nuevas Elecciones Generales reforzarán a los dos actores del bipartidismo. Así lo indican las previsiones para los comicios, que auguran un resultado similar para el PSOE y un crecimiento de en torno al 50% para el Partido Popular. Entre ambos podrían rozar dos tercios de los escaños y la mitad de los votos en el conjunto del país, con una evolución desde el 28 de abril que, si se traslada al escenario de la provincia, dificulta de forma evidente que un tercer partido pueda obtener representación, como logró Ciudadanos hace seis meses.

En el 28A, la formación naranja aprovechó la igualdad a la baja del PSOE y del Partido Popular para obtener más de la mitad de los votos que el ganador y llevarse un escaño con menos de un 17% de los votos. La previsión es que ahora el listón del vencedor se sitúe más arriba y que, por tanto, hagan falta más apoyos para conseguir el tercer diputado.

Este planteamiento, unido a las perspectivas electorales de Ciudadanos, que sitúan a la formación naranja en una tendencia claramente descendente, pone al Partido Popular y al PSOE ante una batalla cara a cara por los escaños, con el permiso de los liberales, y también de Vox y de Unidas Podemos, que tendrían que experimentar un crecimiento enorme desde sus 11,66% y 8,3% para colocar a sus candidatos en el Congreso.

El punto de partida beneficia al PSOE, que ganó las Elecciones Generales en la provincia en abril. Los socialistas lograron 1.800 votos más que los populares en aquellos comicios, pero ahora deberán pelear contra una tendencia que habla de estancamiento en su número de votos y de tendencia alcista para el Partido Popular, que además, hasta este año, acostumbraba a dominar en las urnas de la provincia de forma ciertamente cómoda.

Los socialistas contarán mañana con el impulso de la visita del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, que tratará de reforzar la posición del PSOE en la provincia. El PP, por su parte, todavía no ha anunciado grandes actos en el territorio, aunque sí está trabajando para lograr que Pablo Casado acuda a Zamora, como ya hizo en marzo, para movilizar a su electorado.