Con todos los países europeos pendientes de lo que ocurrirá finalmente con el "brexit", la directora territorial de Comercio de Castilla y León, Isabel Clavero, apuesta por que las empresas se adapten "cuanto antes", a los nuevos cambios económicos que se avecinan.

?¿Cómo interpreta el principio de acuerdo al que se ha llegado en Bruselas con el "brexit"?

?Estamos en la misma situación que cuando Theresa May llevaba los acuerdos al Parlamento británico, que finalmente no salieron. Ahora mismo, el siguiente paso que tiene que producirse es que se apruebe, pero si el Parlamento no lo hace, estamos exactamente en la misma situación que a comienzo de la semana. En cualquier caso, si finalmente se aprueba y todo sigue adelante, no va a haber una salida abrupta, sino que se iniciará un periodo de negociaciones.

?¿Y eso en qué repercutiría?

?Sería una salida de todas maneras, pero se iniciaría un periodo de transición en el que la situación se mantiene exactamente igual que hasta ahora, aunque se empiezan las negociaciones para ver cómo nos vamos a entender. Y, visto lo visto, no parece que vaya a haber mucho consenso de que en el futuro sigamos siendo una unidad económica. La situación ante la que nos tenemos que preparar sigue siendo la misma, sea el 1 de noviembre o el 1 de enero de 2021.

?Sabiendo que el "brexit" será una realidad, ¿qué repercusiones tendrá en la comunidad?

?No solo serán para la comunidad, sino para toda Europa, de muchos tipos y órdenes, aunque nosotros nos centremos en las repercusiones económicas, con su componente comercial. Desde luego, es una situación nada deseable para nadie. Todos vamos a salir perdiendo y probablemente el Reino Unido más aún. Para nosotros, es importante, porque es un mercado grande y con muchas empresas implicadas en la exportación de bienes y también de servicios. Y es que para el conjunto del país, Reino Unido es el primer destino de servicios españoles y somos, a nuestra vez, los primeros importadores de servicios británicos. Además, no podemos olvidar que en servicios se incluyen los de todo tipo de transporte, pero, sobre todo, turismo y servicios financieros. En cuanto a exportación de bienes, no es nuestro principal destino para la provincia de Zamora, porque ocupa el séptimo lugar, mientras que para Castilla y León es el tercero. Lo grave no es tanto no solamente la exportación de bienes, porque no por salirse de la Unión Europea va a paralizarse, sino que hay que estar preparados porque el mercado va a seguir estando ahí. Serán más bien las circunstancias con las que se va a mantener y la cantidad de detalles, requisitos, reglamentos y normativas que habrá que tener en cuenta para poder seguir exportando.

?¿Habrá menos repercusión en Zamora, al tratarse de una provincia pequeña?

?No, porque al final esto repercute directamente en las empresas y aunque la provincia tenga un número de empresas inferior a otros puntos de Castilla y León, la veintena de negocios que han exportado en 2018 desde Zamora estarán afectados.

?¿Se han tomado ya medidas, siendo este un plan largamente anunciado?

?Existe lo que se llaman planes de contingencia. La Unión Europea los diseñó cuando ya estábamos a medio año del primer "dead line" de marzo y que incluye no tanto los temas comerciales, sino que se le da más peso a la protección de los ciudadanos. No se puede olvidar que lo más importante que tenemos ahora mismo es la cantidad de ciudadanos británicos viviendo en la Unión Europea y España es su primer receptor, con 300.000 personas. Esta movilidad también repercute en que sean muchos los españoles en el Reino Unido, en un intercambio de servicios y su prestación. Hay muchísimos profesionales españoles que están trabajando allí, además de los estudiantes Erasmus. Viven profesionales de la enfermería, ingenieros, gente que trabaja en la City de Londres... Y esa gente, el 1 de noviembre, se encontrará con un estatus que no es que sea ilegal, porque realmente no lo es, pero que deberán a lo mejor a empezar a pedir permiso de trabajo o de residencia, algo que hasta ahora no hacía falta.

?¿Son situaciones que ya se contemplan en estos planes de contingencia?

?Y además permiten dar un margen de tiempo para que nos podamos adaptar a todo eso. En el plan de España concretamente se habla de estas situaciones. Los ciudadanos británicos que demuestren estar aquí durante determinados años no tendrán que marcharse corriendo. Pero al Reino Unido se le va a pedir reciprocidad también, en el tema de los ciudadanos y también en el de la prestación de servicios, como los financieros. Por ejemplo, el Banco Santander no puede quedar bloqueado sin hacer intercambios con sus homólogos o con sus propias filiales en el Reino Unido. También afecta a los servicios de transporte, no vamos a cortar de repente la entrada o salida de camiones o los servicios aéreos con las compañías que operan en la Unión Europea, que tienen una licencia. Ese es el periodo de adaptación, siempre hablando de que el 1 de noviembre Reino Unido sea un tercer país. Si se salda con acuerdo, comenzaría un periodo de transición durante el cual se negociarían las circunstancias por las que nos vamos a regir a partir del 1 de enero de 2021.

?¿En qué beneficiaría?

?Se dispara el plazo hasta esa fecha de lo que se denomina el periodo transitorio, en el que no habría ninguna modificación del estatus de aduanas. Reino Unido sería como un país más, pero con algunas modificaciones, porque sí saldría de las instituciones europeas. Pero no habría choques bruscos.

?¿Cómo se plantearía entonces la relación con las empresas?

?En principio, no tiene por qué cambiar, pero las empresas deben ser muy conscientes de que este cambio de estatus va a implicar una serie de diferencias como, por ejemplo, aranceles de los que hasta ahora estamos libres. Habrá que pedir licencias para determinados productos, permiso o inspecciones fitosanitarias. Es decir, todo en lo que ahora mismo hay una absoluta libre circulación va a dejar de existir. Eso supone paralizaciones en las fronteras, provocando retrasos, tiempo de almacenamiento y sobrecostes.

?¿Las empresas inglesas también pueden salir perdiendo?

?Lógicamente, porque esto mismo va a ocurrir en el sentido inverso. Igual que Reino Unido tiene previsto aplicar determinados aranceles a los productos que entran de la Unión Europea, ellos se están preparando con un plan de contingencia en los puertos de salida de mercancía británica de la Unión Europea, en previsión de que los camiones se queden ahí parados.

?¿Qué productos zamoranos son los más valorados por los ingleses?

?Lo que más se exporta allí es pizarra y productos de empresas implicadas con el sector agroalimentarios, como el vino y el queso.

?¿Qué países son claves para la exportación en Zamora?

?En el periodo de 2018, la posición de los países receptores de productos zamoranos fueron Portugal, China, Francia, Países Bajos, Italia, Alemania y Reino Unido. Estados Unidos está en décimo lugar. Todos ellos son países interesantes y avanzados por los que hay que seguir apostando.

?¿Zamora sabe aprovechar su potencial exportador o todavía queda mucho por aprender?

?Zamora tiene un perfil muy similar al del resto de España, hay empresas muy buenas que exportan muy bien y llevan haciéndolo muchos años, de hecho, algunas nacieron con vocación exportadora y prácticamente toda su producción va al exterior. Pero también hay empresas muy pequeñas con muy poca estructura y que no pueden o no saben. Y luego están las empresas buenas y muy grandes que no exportan porque no tienen la necesidad y otras que, a pesar de ser pequeñas, tienen una proyección internacional estupenda.

?Los últimos datos apuntan a que el 37% de las empresas de Castilla y León desisten de exportar al cabo de tres años. ¿Con qué trabas se encuentran?

?No querría culpar en absoluto a las empresas, pero creo que, en muchos de los casos que se vienen abajo, es por falta de preparación previa. Simplemente, de repente les surge una oportunidad y se embarcan en ello sin haber previsto todo lo que conlleva. Mantenerse en el mercado requiere una preparación y un conocimiento más profundo de cuáles son los gustos de los consumidores, las dificultades y los reglamentos del país.

?Regresó el pasado año a la Dirección Territorial de Comercio tras una temporada laboral en Estados Unidos, ¿qué aprendió de su estancia allí?

?Lo que he traído es más prudencia con el mercado americano. Se trata de un mercado fantástico, muy consumista, con 350 millones de personas con la misma moneda. Pero conseguir entrar ahí es complejo, porque requiere un conocimiento profundo de la normativa, que es muy complicada. El principal aprendizaje ha sido la prudencia y, desde luego, la constancia.

?¿Cuál fue su labor allí?

?Estaba como consejera comercial y me dedicaba a seguir las novedades regulatorias que pudieran afectar a los productos españoles, en particular, los agroalimentarios. Es un mercado muy interesante, pero muy exigente.

?¿Qué retos se plantea en su nueva etapa laboral?

?Nuestros retos siempre son los mismos, porque nuestro perfil del cliente no cambia mucho. Seguimos teniendo, afortunadamente, empresas nuevas que quieren empezar a salir y no conocen bien los entresijos del comercio internacional. Lo que perseguimos siempre es que nos conozcan y que utilicen nuestros servicios. Ese sigue siendo mi objetivo, dar a conocer nuestros servicios en toda nuestra estructura, desde la Secretaría de Estado hasta las cien oficinas comerciales que tenemos en el exterior.