El interminable ciclo electoral en el que España vive sumergida desde el año 2015 deja al descubierto el principal problema al que se enfrenta la provincia: la crisis demográfica. Los zamoranos despedían el año 2015 votando en unos comicios generales celebrados el 20 de diciembre y a las urnas estaban llamados 175.000 ciudadanos que pensaban que su decisión sería válida para los siguientes cuatro años. Se equivocaban. Después de cuatro cursos y tres legislaturas, el país está en el mismo punto que entonces; no así la provincia. En este camino por el desierto político, el territorio ha perdido 7.500 electores, convirtiéndose en la única provincia de todo el país cuyo censo electoral disminuye en más de un 3%.

La pérdida indiscriminada de población que sufre la provincia de Zamora, sea por emigración o por fallecimiento, se clarifica ahora con la aprobación del censo electoral para las próximas elecciones generales del 10 de noviembre. Las cuartas en cuatro años. Unos comicios en los que más de siete mil zamoranos que votaron en aquellas generales del 20 de diciembre de 2015 ya no van a hacerlo. Hace cuatro años y a pesar de que la provincia venía de perder población respeto a la anterior cita electoral, fueron llamados a las urnas 175.700 ciudadanos de toda la provincia. Una cifra que ya suena a nostalgia, a juzgar por los últimos datos de la Oficina del Censo Electoral de cara al mes que viene.

En aquella ocasión no hubo acuerdo y el país se vio abocado a repetir elecciones. Se fijaron para seis meses después, el 26 de junio de 2016. Un tiempo mínimo pero suficiente para que se cayeran del censo electoral más de 2.500 personas, lo que hizo saltar las alarmas de la crítica situación demográfica que sufría y sigue sufriendo la provincia de Zamora.

Menos de tres años después y ante la imposibilidad del Gobierno de Pedro Sánchez de aprobar unos Presupuestos Generales del Estado, los zamoranos fueron de nuevo llamados a las urnas. Ocurrió el 28 de abril del presente año y en los colegios electorales estaban los nombres de 169.990 zamoranos. Menos de 3.000 respecto a los últimos comicios, fruto de una circunstancia cada vez más grave de envejecimiento y éxodo. Ahora, la Oficina del Censo Electoral ha cerrado sus listas para las generales del 10 de noviembre y en los papeles aparecen 168.200 nombres: prácticamente mil quinientas personas menos que hace tan solo siete meses.

La provincia de Zamora es, de todo el país, la que más censo ha perdido entre unas elecciones y otras. La única que supera una disminución del 3%. Si en las últimas elecciones generales del 28 de abril ya se tocaron mínimos históricos, al nivel de Castilla y León, en esta ocasión la situación es aún más crítica. Y mientras tanto, como resulta lógico, no deja de crecer el Censo Electoral de los Residentes Ausentes (CERA), especialmente en los pequeños municipios del territorio. El ciclo electoral ha acabado con el voto de 7.500 personas, en una clarificadora correlación ante la crisis demográfica de la España Vaciada.