Reza el dicho castellano que de bien nacidos es ser agradecido. Y por más de una década de dedicación a la música en Villamayor de Armuña ha recibido un homenaje el músico zamorano Pedro Hernández Garriga. Este hombre durante una década lideró la banda municipal y la escuela municipal y sus antiguos alumnos y compañeros le han tributado una despedida en la que autoridades locales le indicaron que una calle llevará su nombre. "Es un reconocimiento a una labor de entrega al pueblo, realizada por mí y por mis compañeros que arrimaron el hombro. El auge que ha vivido la música en este municipio fue gracias a una intensa labor de equipo", atestigua el músico que agradece el homenaje sorpresa que le han dispensado tras abandonar la banda municipal el pasado año y ahora la dirección de la escuela municipal de música por razones personales y laborales.

La relación del músico zamorano con el municipio salmantino se remonta a la pasada década cuando llegó como docente a la escuela municipal de música. Hernández Garriga afrontaba la docencia de violonchelo, de lenguaje musical y le asignaron la banda juvenil, una tarea que "quizá me encomendaron por ser el más adecuado o por ser el más echado para adelante", rememora el profesor que ha cursado estudios de dirección de banda y dirección musical. De esos momentos menciona que "había mucha conexión con los chicos a los que daba otras asignaturas y un grupo se animó a hacer música juntos en la banda". El colectivo "aumentó en integrantes y muchos de ellos se fueron a la banda municipal, se involucraron muchas personas y la banda creció mucho", comenta el autor de un himno para la patrona de Villamayor que también escribió un pasodoble a la reconocida piedra de la población.

Fueron años en los que este semanasantero unió sus dos pasiones, la música y la Semana Santa de Zamora. Fueron los años de acudir con la banda joven de Villamayor a los desfiles del Santo Entierro y de Esperanza. "Todo fue a raíz de un concierto en el que nos escucharon y nos lo propusieron", explica Pedro Hernández, compositor de marchas como "Jesús Nazareno" para la Vera Cruz o "Nuestra Madre" para la cofradía homónima.

En 2008 comenzó a dirigir la Escuela Municipal de Música de Villamayor. "Cuando empecé apenas había 300 alumnos y hemos tenido cursos en los que hemos sobrepasado los 500 matriculados", sostiene sin olvidar que "hay muchos conservatorios en la región que logran ese número de estudiantes". En ese mismo año también asumió la batuta de la Banda Municipal de Música de Villamayor que se ha convertido en asidua a las procesiones de la Real Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias y de la Cofradía de Vera Cruz. "Tocar en una banda hace que vivas los desfiles de una manera muy distinta" observa el homenajeado que enfatiza: "La responsabilidad de sacar una banda en una procesión es mucho más grande de lo que parece y si sumas que tocas en la Semana Santa que más quieres, la de tu ciudad quieres que los músicos toquen lo mejor posible". A sus pupilos les indicaba que "había que comportarse como profesionales en la entrega, pues cuanto más transmitas y sientas, más llegas al público", sentencia.

El zamorano dejó la banda en el verano del pasado año. Desde su punto de vista "los ciclos son muy importantes en las agrupaciones para que permanezcan vivas. He estado una década y una parte de mí sentía que tenía que llegar un relevo". Este curso el zamorano ha tomado la decisión de dejar la escuela, aunque sigue muy vinculado. "El contacto telefónico con el actual director es continuo", testimonia. Una pasión por la música que ha sembrado cantera.