El mundo de la construcción ha dado muchas vueltas en los últimos cincuenta años hasta llegar a la propuesta que este año ha llegado a Ecocultura: el adobe. Y es que no es necesario revolver ni innovar demasiado para llegar a soluciones sostenibles para con el medio ambiente. En ocasiones, tan solo es necesario mirar al pasado. La feria de productos ecológicos organizada por la Diputación Provincial de Zamora que se celebra a lo largo de este fin de semana en el recinto ferial de Ifeza tiene respuestas para todos aquellos que están preocupados por los límites del planeta. En agroalimentaria, se trata de "cerrar el círculo". En el resto de ramas -bioconstrucción, vestido, calzado, cosmética o renovables- todo pasa por soluciones lejos de la gran producción en cadena y sus implicaciones nocivas para el planeta.

Un paseo por los expositores de Ecocultura pone de manifiesto la importancia adquirida por el sello ecológico en los últimos años y su amplia gama de productos para todos los gustos y necesidades. Así lo demuestra Asturcilla, una cooperativa asturiana que ofrece crema de cacao elaborada de manera artesanal y con ingredientes ecológicos y de proximidad. Hasta Zamora, igualmente, ha llegado una empresa de Aveiro (Portugal) dedicada a cultivar algas ecológicas; o María José Celemín, cuyo obrador de Castronuño (Valladolid) elabora pastas de inspiración hispanoandalusí con ingredientes ecológicos y envases cien por cien reciclables.

Frutos secos, miel, quesos, chocolates, frutas, legumbres, hortalizas o mermeladas no han faltado a una cita donde la innovación es cada vez mayor. Más de un centenar de productores llegados desde toda la península para tratar de explicar que sí hay alternativas en el consumo.