La población que sufre la exclusión social está cambiando de perfil. Hasta el momento, las diferentes organizaciones sociales que trabajan sobre el terreno alertaban de cuestiones económicas como principales indicadores de este tipo de situaciones. Ahora, existe otra deriva. Ya no es necesario pertenecer a un hogar pobre para estar alejado de la sociedad, sino que también importa el nivel de estudios. El informe de la Fundación Foessa coordinado por Cáritas pone negro sobre blanco que la cara de la exclusión en la provincia de Zamora es la de una persona adulta que no es pobre, sin estudios o con ellos incompletos, sin hijos a cargo y de nacionalidad española. Un viraje sobre lo asociado a este problema que expone que la exclusión social está en cualquier esquina.

Los datos aportados por este informe de la Fundación Foessa son claros: una de cada tres personas en la capital sufre una situación de exclusión social. Las ciudades pequeñas son un caldo de cultivo para que las desigualdades se multipliquen y uno de los principales ingredientes tiene que ver con los estudios. Así, el nivel educativo de la persona sustentadora principal de los hogares se relaciona también claramente con el riesgo de experimentar situaciones de exclusión social y de integración precaria, según apuntan desde Cáritas. En este sentido, la tendencia de la provincia de Zamora marca que tener un elevado nivel de estudios minimiza las probabilidades de caer en situaciones de exclusión social.

Según los datos aportados por el estudio elaborado a instancias de Cáritas, la incidencia de la exclusión entre los hogares cuyo sustentador principal carece de estudios básicos completos (26,9%) es mayor que la de los hogares cuyo sustentador principal cuenta con estudios universitarios (10,8%) y con estudios de Bachiller, BUP o FP (16,1%), y resulta mucho mayor que la de aquellos cuyos sustentadores tienen estudios de Graduado Escolar, en ESO o Bachiller Elemental (9,2%). "La asociación entre niveles educativos bajos y niveles elevados de exclusión es clara", advierten en el informe analizado.

La pobreza, por lo tanto, no es el único indicador para medir las situaciones de exclusión social que se presentan tanto en la capital como en la provincia de Zamora, sino que también importa el nivel de estudios. Y es que, dentro del espacio social de la exclusión, el grupo más amplio está formado por los hogares sustentados por personas sin estudios o con estudios incompletos, que representan el 46,2% de todos los hogares en esa situación. El mito de la nacionalidad extranjera, igualmente, queda desmontado por los datos de Cáritas, ya que el perfil de la exclusión se asocia directamente a los españoles.