Capitaneados por el sacerdote Jesús Campos, un año más -y suman ya tres campañas- un grupo de zamoranos ha "sacrificado" parte de sus vacaciones de verano para echar una mano a las diferentes iniciativas educativas y sanitarias que la congregación del Verbo Divino tiene en varias ciudades de Angola. Luanda o Sendi han sido los destinos del grupo zamorano que, como novedad este año, no solo ha estado formado por estudiantes universitarios, sino también profesionales de diferentes campos como el sanitario, el educativo o el social.

Es el caso de Óscar Alonso, psicólogo y trabajador del Ayuntamiento de Zamora, cuyo destino fue el centro de acogida de niños de la calle en Luanda. "Es un pequeño oasis en el barrio de Palanca, donde hay muchos niños sin hogar que recogen para darles alimento y una educación", resume. Su misión allí fue analizar cómo funcionaba el centro y proponer diferentes mejoras para su funcionamiento, sobre todo "en cuestión de organización y planificación, además de trabajar aspectos del ámbito de desarrollo personal", explica. "Allí te topas con la cruda realidad, pero si me tengo que quedar con algo es con la resiliencia de los niños, su capacidad de sobrevivir y superar las adversidades", destaca.

También era una asignatura pendiente este viaje para Enrique Alonso, estudiante de Magisterio en el Campus Viriato. "Siempre me llamaba la atención cuando venían los misioneros a dar charlas al colegio", recuerda. Una experiencia que años más tarde ha tenido él mismo.

Junto a un compañero, se ha dedicado a dar clases de apoyo de inglés y matemáticas en el internado de Sendi a parte de los 65 niños del centro. "Me quedo, sobre todo, con la ilusión y las ganas que tenían los niños de hacer cosas y también con el trabajo que se hace allí, obligándoles a estudiar para que puedan tener un futuro. Es una experiencia que te cambia, porque aprendes a valorar muchos cosas que antes ni te planteabas", asegura el estudiante.

En esta edición Zamora ha tenido una presencia especial no solo por el trabajo de estos voluntarios, sino también por las campañas previas de recogida tanto de material sanitario como de monturas de gafas o donaciones de ropa deportiva que se hicieron previamente en la capital. "Repetiremos estas campañas, porque ha sido impresionante la respuesta y hemos podido dotar de muchos medicamentos a hospitales y dispensarios", agradece Jesús Campos, encargado allí de la labor pastoral.

A pocas semanas de su regreso a Zamora, el sacerdote ya está pensando en la misión del próximo verano, con la puesta en marcha de la panadería en Sendi o el apoyo en el hospital de Kifangondo, donde donaron el electrocardiógrafo que llevaron. "Las vivencias cada año son muy bonitas, pero también muy duras", reconoce, aunque asegura que cada verano ven cómo los proyectos avanzan para ofrecer un futuro a los angoleños.