Especialista del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario de Salamanca e investigador del Instituto de Investigación Biomédica de Salamanca (IBSAL), César Rodríguez Sánchez es uno de los ponentes de la jornada sobre el cáncer de mama que se celebrará el 15 de octubre en el salón de actos del Campus Universitario.

Es además profesor asociado del Departamento de Medicina de la Universidad de Salamanca e investigador principal y coinvestigador en numerosos ensayos clínicos y proyectos financiados en cáncer de mama con carácter nacional e internacional.

En la jornada, que se enmarca en los Foros de Salud de LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA y que está patrocinada por el Ayuntamiento de la ciudad, la Fundación Caja Rural, el Hospital Recoletas de Zamora y la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), ofrecerá una ponencia bajo el título "Medicina de precisión con cáncer de mama. De la investigación a la clínica".

En ella explicará que el cáncer de mama no es una enfermedad única y que en estos momentos se utiliza una medicina muy personalizada y de precisión con la que se obtienen mejores resultados.

-¿Sobre qué va a tratar su ponencia?

-Sobre medicina personalizada de precisión en cáncer de mama. Lo que voy a trasladar al público que va a asistir a la jornada es que a día de hoy tanto la investigación en cáncer de mama como la práctica clínica que hacemos todos los días no se hace de una manera tan inespecífica como hace una serie de años. Todo lo que en este momento estamos haciendo se basa en el concepto de que el cáncer de mama no es una enfermedad única, son muchos tipos de enfermedades con comportamientos muy diferentes y alteraciones genómicas absolutamente diferentes unas de otras. Todo esto condiciona tanto la investigación como los tratamientos que estamos utilizando, que son tratamientos dentro de un concepto de medicina de precisión.

-¿En qué consiste la medicina de precisión?

-Cada paciente prácticamente tiene un perfil de tratamiento que es diseñado en base a las características clínico-patológicas y genómicas que tiene el tumor y que hace que se seleccionen medicamentos cada vez más específicos dirigidos a alteraciones moleculares específicas, a vías de señales específicas, de modo que hoy en día los mismos tratamientos para pacientes diferentes en escenarios clínicos muy similares pueden ser muy diferentes porque están basados en esos criterios de medicina de precisión. En resumen, ya no es para todos los tumores café, sino que casi es un traje a medida.

-¿Qué se consigue con la medicina de precisión?

-La medicina de precisión no siempre sustituye a tratamientos clásicos, es decir, seguimos utilizando tratamientos muy clásicos como la quimioterapia, las hormonas, la cirugía o la radioterapia, pero lo que conseguimos con medicina de precisión es que cada paciente reciba solo y exclusivamente aquellos tratamientos que le van a beneficiar y que no reciba aquellos medicamentos o tratamientos que no aportan nada y que si se los diéramos, solamente llevarían a efectos adversos. Haciendo esto, ya de entrada consigues mayores probabilidades de éxito, de curación, de aumentar la supervivencia o del objetivo que en ese momento tengas planteado, tratando a menos pacientes con un determinado medicamento. De esta forma, se reducen los efectos secundarios y en muchos casos lleva también a una reducción en los costes porque solo utilizo lo que tengo que utilizar para la paciente que verdaderamente lo necesita. Consiste en diseñar un tratamiento específico para cada tipo de cáncer de mama y para sus características, de modo que cada paciente solo reciba aquello que le va a aportar un beneficio terapéutico en términos de curación, de vivir más tiempo o de tener más respuesta.

-El paso previo a esto es la investigación, ¿en qué consiste?

-La investigación que nosotros más llevamos a cabo es la investigación clínica, que es identificar esas dianas terapéuticas específicas, utilizar esos medicamentos en desarrollo que todavía no están comercializados frente a esas dianas, demostrar la eficacia y una vez que lo hemos hecho en ensayos clínicos, es cuando pasamos a utilizarlo en la práctica clínica.

-Esto demuestra que se ha avanzado en el tratamiento del cáncer de mama...

-En el cáncer de mama se ha avanzado y se ha avanzado mucho, primero en que sea un tratamiento más selectivo. Ya no tenemos que darle todo a todas las pacientes para intentar que se curen más. Cada tratamiento puede ser diseñado en función de alteraciones moleculares específicas y de receptores específicos, por tanto el tratamiento es más específico y más personalizado para cada paciente. En segundo lugar, los tratamientos obtienen como resultado que las tasas de curación del cáncer de mama son mucho más elevadas que hace 20 años. En este momento estimamos que diez años después del diagnóstico más del 80% de las pacientes con cáncer de mama van a estar libres de enfermedad y sin recaída. Las tasas de curación y de éxito son mucho mayores y no solo en curación, sino en curación con menos secuelas, menos efectos secundarios y con tratamientos generalmente menos agresivos. Pese a todo esto, hay un problema y hay un reto, que son aquellas pacientes que recaen, que tienen lo que llamamos enfermedad metastásica. Ahí todavía, pese a que los tratamientos son muy específicos y conseguimos hacer una medicina de precisión probablemente tan importante como en estadios precoces, no conseguimos el concepto de curación de la enfermedad como desaparición completa de la enfermedad en la mayoría de las pacientes. Sí conseguimos controles de la enfermedad muy prolongados, en algunos casos cronificación de la enfermedad, respuestas muy importantes, supervivencias que han aumentado muchísimo, pero no somos todavía capaces de encontrar dianas que nos permitan alcanzar ese estatus de curación incluso con enfermedad metastásica. En este momento en España todavía mueren al año 6.000 mujeres por cáncer de mama. Muchas de ellas han tenido supervivencias muy prolongadas, pero no las hemos conseguido curar. Ese es el reto.

-¿Se destina suficiente a investigación?

-Todos somos conscientes de que durante los últimos años ha habido un parón en los recursos que han llegado a la investigación básica y traslacional, que es la que se lleva a cabo en el laboratorio. Eso es importante, pero también es subsanable si desde el punto de vista de la economía del país se empiezan a redistribuir los recursos que vayan a estas unidades de investigación. Hay que exigir un mejor reparto de los recursos para que lleguen también a la investigación en salud. Pero hay un problema mucho más importante, que es la investigación clínica, que es la que intenta trasladar los hallazgos del laboratorio mediante el uso de medicamentos en las pacientes. En este momento en nuestro medio, la mayor parte de la investigación clínica que llevamos a cabo los médicos que trabajamos en sanidad pública en hospitales está financiada por la industria farmacéutica. Los recursos que van destinados a la investigación clínica casi siempre provienen de la industria farmacéutica y esto proporciona una limitación importante y es que con frecuencia la investigación clínica se hace sobre aquello que más interesa a la industria farmacéutica y sin embargo hay un gran déficit de lo que llamamos investigación académica, para la que los médicos no encontramos financiación porque no hay ningún laboratorio detrás que quiera o que le interese. Hay un gran déficit de proyectos de investigación académica en investigación clínica. Es un aspecto que llevamos reclamando muchos años y que todavía sigue siendo una asignatura pendiente.