El nuevo curso en el colegio Trilema -antiguo María Inmaculada- ha arrancado con su primer proyecto de emprendimiento social del año. Se trata de la puesta en marcha de lo que denominan "cantina solidaria", un nuevo espacio en el centro educativo que está dedicado a que los alumnos pasen juntos su tiempo de ocio, a la vez que almuerzan. Y todo ello con un carácter solidario, puesto que lo recaudado con los bocatas y bebidas vendidas durante los recreos se destinará a diferentes proyectos que la Fundación Trilema tiene en marcha en el extranjero, concretamente en África.

La presidenta de la organización, Carmen Pellicer, se acercó ayer al centro zamorano para inaugurar este nuevo espacio, que está gestionado por los alumnos de Secundaria. "El año pasado pilotamos una cantina de estas características en nuestro colegio de Soria y los resultados fueron muy satisfactorios", subraya. En ese caso concreto, la experiencia fue "muy positiva", según la presidenta. "Empezamos con los chicos de Secundaria, pero terminamos el curso incluyendo a los alumnos desde cuarto a sexto de Primaria", calcula.

En el caso de Zamora, desde el principio la cantina estará abierta a alumnos desde cuarto de Primaria hasta Secundaria, aunque serán estos últimos los encargados de gestionar el espacio. De hecho, se han tomado tan en serio esta misión que ellos mismos han sido los encargados de acondicionar el espacio habilitado por el colegio con una decoración especial, la colocación de mesas, sillas y cojines e incluso la incorporación de algunos juegos de mesa para poder utilizarlos durante los recreos con los compañeros. Además, durante las horas que esté abierto, ellos se encargarán de atender las comandas de los estudiantes.

Los beneficios obtenidos de la venta de los productos de la cantina irán destinados a dos escuelas que la Fundación Trilema tiene en Guinea Ecuatorial, una ubicada en Mbini y otra en Mokom. Se trata de dos centros que pertenecer a su red Escuelas que Aprenden, que siguen en método educativo de la fundación y donde trabajan profesores formados por ellos.

Además del carácter solidario, el servicio de cantina "esconde" otro aprendizaje para los alumnos, puesto que en el centro circula una moneda especial, el "tricoin", que gestionan los profesores y que entregan a aquellos alumnos que destaquen en algo. "Estas monedas funcionan por méritos y cuando un estudiante hace algo especial, no tiene que ser algo necesariamente académico sino, por ejemplo, ayudar a un compañero en algo, el profesor le entrega una de esas monedas", explica Pellicer. Esos "tricoins" -de unir el comienzo de la palabra Trilema y "moneda" en inglés- se pueden canjear en la cantina por un almuerzo, como compensación. "Este sistema de recompensa anima mucho a que los alumnos trabajen en mejorar", añade la directora de la fundación.

Pellicer también destaca el carácter social de este servicio que se ofrece durante los recreos en el colegio. "En ocasiones, ayuda a aquellos niños que no traen almuerzo al colegio por diferentes circunstancias", revela. En este sentido, adelanta que la fundación está ultimando los detalles de un nuevo proyecto que se iniciará el próximo mes de enero para sus colegios sobre educación y salud, donde se aborden desde los buenos hábitos de salud hasta temas de nutrición y este nuevo espacio también formará parte.

Además de amadrinar esta cantina con su presencia en el centro zamorano, la presidenta de la Fundación Trilema completó su visita con su intervención en una asamblea con los alumnos y una posterior asamblea de familias por la tarde, donde, entre otros temas, mostraron el proyecto de la cantina solidaria a los padres y detallaron algunos aspectos de este curso recién inaugurado en el colegio Trilema de Zamora.