El compromiso de Cáritas con los menores siempre ha sido uno de los pilares fundamentales de la entidad. Un compromiso que se plasma en los tres centros con los que cuentan en la provincia de Zamora: dos en la capital y uno más en Fermoselle y donde atienden y dan apoyo escolar a cerca de 130 niños.

El perfil de los menores atendidos ha cambiado en los últimos años. Así lo confirma Tamara Casado Martín, responsable de los Centros de Apoyo al Menor de Cáritas Diocesana Zamora. "Hace tiempo venían niños de familias con problemas. Ahora, además de esta clase de menores, que lógicamente tienen prioridad a la hora de reservar plaza, se han expandido a otro tipo de familias, que lo que necesitan es que sus hijos tengan un tiempo de ocio que ellos no les pueden ofrecer".

Pero además de ocio, la parte académica juega un papel fundamental. De hecho, cuenta la coordinadora, se hace un seguimiento personalizado de cada menor, al que se le marcan una serie de objetivos académicos. Por eso se planean tutorías con las familias una vez cada trimestre. "La entrevista inicial en la que los padres nos cuentan las dificultades a las que se enfrenta su hijo es clave". Y es que cada día, los menores que acuden al centro dedican al menos una hora al estudio o al repaso de las materias que más les cuestan en el colegio. Un proceso en el que el centro les guía a nivel académico.

Los voluntarios juegan un papel fundamental en todo este proyecto. Voluntarios que en su mayoría provienen del sector educativo. De hecho, cuenta Casado, colabora incluso un maestro en activo que dedica sus tardes a ayudar a estos chicos. También familiares de niños que han acudido a alguno de los centros y que ofrecen ahora su ayuda agradecidos por la labor que desde Cáritas han realizado.

"La parte económica a veces no es tan importante como la parte humana. Esto sin voluntarios no sería posible", relata la coordinadora. Aunque recuerdan que toda ayuda es bienvenida y que se pueden hacer donaciones tanto económicas para el proyecto, como de material o libros para dotar a los centros del todo lo necesario para poder atender a los niños.

Cada centro de Zamora tiene capacidad para atender a 45 niños. Los hay que empiezan a asistir al centro a los seis años y que cuando tienen que abandonar el centro a los 16, que es la edad máxima, no se quieren ir. El centro se ha convertido para ellos en un refugio, en un lugar de encuentro con otros compañeros. "Hay un caso incluso de un chico que acaba de cumplir los 17 años y que no se quiere ir, así que le hemos extendido un poco la edad para que se quede un poco más", cuenta Casado.

Actividades deportivas

En los Centro de Apoyo al Menor, los trabajadores y voluntarios trabajan con niños de entre 6 y 16 años, en horario de 16.15 a 20.00 horas, a través de las cinco áreas de intervención: el área de ocio y tiempo libre, el área de apoyo al estudio, el área de seguimiento e intervención familiar, el área de acercamiento a la fe y el área de formación para la vida.

Talleres educativos, en su mayoría, en los que se debate sobre todo tipo de temas que pueden afectarles, desde el alcohol y las drogas hasta el uso de las nuevas tecnologías. Una formación integral que incluye también clases manuales para mejorar la psicomotrididad de los pequeños, hasta otras donde aprender a bailar, además de las actividades deportivas.

Un trabajo, en definitiva, reconfortante, en el que "te llevas mucho más de lo que das" y que "te cambia la vida totalmente porque hace que se vea la vida de otra manera". Un lugar donde compartir y aprender entre todos es la base fundamental del desarrollo de estos niños.