La noticia salió a la luz a principios de esta semana. Los restos de Francisco Franco, el dictador que impuso su ley en España entre la Guerra Civil y su muerte en 1975, serán trasladados desde el Valle de los Caídos hasta una cripta ubicada en el cementerio de Mingorrubio, cerca de El Pardo. La entrada de esa capilla, donde fue enterrada en 1988 Carmen Polo, la mujer del General, cuenta con una reja de estilo muy reconocible para quienes conocen la obra de José Luis Alonso Coomonte.

El artista zamorano es el autor de una obra que realizó por encargo del Padre Aguilar entre los años 1969 y 1970, cuando aún no había cumplido los 40. Según fuentes próximas al escultor, el trabajo le llegó tras el fallecimiento de José Espinós, que había ejecutado el resto de las labores encomendadas en el cementerio de El Pardo. "Sabían que Coomonte era la única persona que podía llevar a cabo la tarea en ese momento", apuntan desde la familia.

El zamorano aceptó el trabajo y realizó una reja de hierro forjado de 740 x 245 centímetros que, según el historiador del arte Javier Martín Denis, "conecta con la línea propia del artista". Nunca hasta entonces se había realizado una obra de estas características con una temática propia. Coomonte eligió los símbolos asociados a Pentecostés, como las llamas o la mano de Dios, e incluyó "los círculos que son un motivo recurrente" a lo largo de su obra.

Como recalca Martín Denis, la obra trae a la memoria otros trabajos ubicados en la provincia de Zamora, como algunas de las rejerías del Banco de España o la de la caja de ahorros ubicada en la Plaza Delhy Tejero de Toro. Desde la familia, insisten en la simbología: "Es lo que hace a esta obra especial", resaltan. "Fue un encargo que le vino bien. A partir de entonces, varias familias particulares le llamaron para sus panteones", abundan.

No obstante, para entonces, Coomonte ya se había hecho un hueco dentro del panorama nacional. Más allá del éxito que obtuvo el artista en la Bienal de Arte Sacro de Salzburgo de 1962, donde obtuvo la Medalla de Oro, las conclusiones del Concilio Vaticano II (1962-1965) afectaron al arte sacro en general e impulsaron la trayectoria de jóvenes artistas. Personajes como el propio Coomonte, y algunos de sus contemporáneos, "tomaron conciencia de las posibilidades que ofrecía el hierro", analiza Martín Denis, que menciona los ejemplos de Oteiza y de Chillida, y que destaca el papel del Padre Aguilar en el despegue de la carrera del zamorano.

El religioso dirigió la "necesaria renovación de un arte sacro en horas bajas", y facilitó la llegada de diferentes encargos a Coomonte, tanto en Zamora, para la iglesia de Cristo Rey, como en Madrid. Allí, el artista nacido en Benavente logró ser el artífice de toda una serie de ornatos y mobiliario litúrgico, como los de la parroquia de Nuestra Señora de las Nieves en Mirasierra, San Antonio del Retiro, o San Simón y San Judas en Orcasitas. En este contexto se enmarca el encargo de las Rejas de Pentecostés en Mingorrubio.

El negocio tampoco le solucionó la vida al artista. En lo que se refiere al pago recibido por este trabajo, Coomonte no recuerda ni cúanto dinero recibió, ni tampoco el tiempo que le llevó realizar la reja. Fuentes cercanas al artista apuntan que, "seguramente, fue un encargo a muy bajo coste", y que sirvió para cubrir los gastos y la mano de obra, "poco más"

Cabe destacar que Coomonte no solo realizó esta reja, sino que también es el autor de la obra de la puerta ubicada al lado y que da acceso a la cripta. Esta creación también es perfectamente reconocible para quienes conozcan la trayectoria del zamorano. En este caso, se trata de otra reja de hierro forjado, aunque de un tamaño considerablemente menor, como se puede apreciar en las imágenes. Las medidas son 245 x 170 centímetros.

Además, el artista también es el responsable de la ornamentación y de los faroles que se encuentran ubicados a la entrada, según recuerdan desde el entorno del autor. Estas mismas fuentes también inciden en "la forja depurada" de una obra que llegó en el comienzo de uno de los puntos álgidos de la vida artística de Coomonte. La atención mediática hacia la zona ha permitido a muchos descubrir el trabajo de uno de los creadores más importantes del siglo XX en la provincia.