El coordinador de Ecologistas en Acción en Zamora, Ángel Encinas, ofrece esta tarde a las 20.00 horas, en el Museo Etnográfico, una charla donde, bajo el título "Emergencia climática", abordará las consecuencias y los cambios sociales que acarrea la crisis climática que vivimos.

-Hace pocas semanas se declaró en el Ayuntamiento de Zamora la Situación de Emergencia Climática, pero desde entonces no se han anunciado medidas concretas. ¿Esperaban algo más desde la asociación?

-Tras esta declaración, que consideramos histórica, se pasó sin más al siguiente punto del día en el pleno. No se habló de medidas concretas. Más tarde, nos hemos reunido con el concejal de Medio Ambiente, Romualdo Fernández, para charlar sobre las medidas urgentes y contundentes que se deben poner en marcha. En nuestra opinión, lo primero y lo más importante es decir la verdad. Si hay una situación de emergencia vital, o por usar la metáfora como la que emplea Greta Thunberg, y es que nuestra casa está ardiendo, debemos actuar con urgencia. Hay que decirles la verdad a los ciudadanos, aunque sea dura. Los políticos viven en el corto plazo. Y es que decir que nos tenemos que poner todos en marcha con medidas drásticas que nos afectan a todos no es una tarea fácil.

-¿En qué consistirían esas medidas?

-Deberían estar en línea con lo que se reclama desde "2020: Rebelión por el Clima". Desde Zamora, planteamos elaborar una hoja de ruta contundente, que nos lleve de aquí a 2030, y que implicaría, por ejemplo, la reducción en un 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Esto supone apostar por una reducción en todos los campos. A nivel individual, pero también público, con una apuesta clara por el transporte colectivo. Es cierto que se han puesto en marcha medidas, pero son paliativas. Es necesario poner límites drásticos, y cuanto antes, al uso de las energías fósiles, limitando al máximo el uso de los vehículos de gasolina y diésel en la ciudad, y a la vez reclamar un transporte público eléctrico y gratuito para todos los vecinos. Y lo mismo en las viviendas, en las que hay que apostar decididamente por las energías renovables, porque el Ayuntamiento y las comunidades de vecinos se deben convertir en productores de energía limpia. El problema es muchas veces la legislación no va acorde con lo que se necesita. En Zamora, por ejemplo, en el casco histórico no se pueden instalar paneles solares en los tejados de las viviendas. Después de lo que sucedió tras la Declaración de Emergencia Climática, nos hemos dado cuenta de que debemos ser los propios ciudadanos los que tenemos que hacerles ver a los políticos que tienen que tomar medidas urgentes.

-Se suele decir que la crisis climática es un problema global, pero de consecuencias locales. ¿Cuáles serían esas consecuencias para Zamora?

-Hemos detectado que los políticos con los que hemos hablado confunden el cambio climático con la contaminación. Aunque el origen es el mismo son dos temas diferentes y en muchos casos paradójicamente opuestos. En muchas ocasiones, en llamativos ejemplos del pasado y del presente, la propia contaminación ha hecho de sombrilla frenando el calentamiento. Y tampoco es correcto decir que, en el caso de Zamora, como está en la España deshabitada, no hay contaminación. Nos olvidamos del insidioso ozono nos llega de Oporto o de las zonas industriales de la comunidad. El cambio climático es global, nos afecta a todos. Ahora estamos asistiendo a veranos cada vez más largos, a un aumento constante de las temperaturas y a casos extremos de lluvias cada vez más potentes. Todo esto afecta sin duda a la agricultura, aunque por el contrario, es cada vez más habitual que se apueste por el regadío cuando en realidad nos dirigimos hacia una situación semidesértica. Es clave empezar a ahorrar residuos hídricos y adaptarse a la situación que vamos a vivir. Por eso, la agricultura tendrá que empezar a recuperar formas tradicionales.

-En los últimos años, parece que se ha producido un cambio de mentalidad en la sociedad.

-Es cierto. De hecho, más de un 80% de la sociedad está concienciada con este problema, pero posiblemente ese porcentaje se reduciría si se dijese que hay que ponerse en situación de emergencia a nivel personal y social y que nuestra forma de vivir tiene que cambiar.

-La gente más joven parece que es la más implicada en este cambio social...

-Ellos son y deberían ser los más concienciados con el planeta que se les va a dejar. Ante una situación como esta, si crees en el problema al que nos enfrentamos, te tienes que movilizar porque sabes que tu vida está en peligro y que la próxima generación se verá afectada a todos los niveles. Nos estamos jugando el futuro, no del planeta, que seguirá, sino del hombre y de su civilización. El problema es que no somos tan inteligentes como creemos, sino que somos seres emocionales que razonan. Así que cuando se habla de consecuencias a medio plazo o que tendrán consecuencias en otras generaciones, no nos lo tomamos tan en serio. Los cambios individuales son fundamentales, pero porque es la forma de ser coherente con las ideas que debes tener. ¿Podemos pedir a toda la población que sea vegana o vegetariana? La respuesta es no. Pero sí que podemos pedir que se vuelva a la dieta mediterránea, aquella en la que los vegetales son parte fundamental de la alimentación.

-¿Está hablando entonces de que nos enfrentamos a un cambio reeducativo a nivel social?

-Ese cambio de mentalidad ya lo estamos viendo entre la gente más joven, que, por ejemplo, cada vez usa menos el coche. Sin embargo, existe un planteamiento falso al que llamo ecologismo de postureo. Traer kiwis ecológicos de Australia contamina muchísimo, por el petróleo que tiene incorporado. En realidad, es una lucha contra el sentido dominante que ha implantado el neoliberalismo, que nos ha convertido en individuos que van a lo suyo. La infancia de nuestros abuelos era mucho más ecológica. De hecho, los mayores ecologistas son las personas que viven en los pueblos, que no tiran nada.

-¿Qué actividades se han programado desde la Plataforma de Emergencia Climática durante esta semana?

-Además de la charla de hoy, el miércoles proyectaremos "Before the flood", en el barrio de Olivares. El jueves hemos organizado varias actividades, entre las 17.00 y las 20.00 horas, en la plaza de Castilla y León donde instalaremos mesas informativas y se podrá calcular la huella ecológica. El viernes tendremos dos concentraciones, a las 12.00 horas en La Marina (junto al miliario) y también a las 20.00 horas en la plaza de la Constitución.