Juan Carlos Montero presenta por primera vez sus bodegones en el claustro del Colegio Universitario

-¿Cómo surge la exposición que estos días pueden contemplarse en el claustro del Colegio Universitario?

-Como pintaba y pintaba... me animé a exponerlos. Desde pequeño he dibujado y posteriormente empecé con los pinceles y el color e iba haciendo cosillas. Soy autodidacta, pero todos aprendemos de todo lo que vemos ya sea en exposiciones, en libros o a través de Internet. Siempre te dejas influir de otros creadores porque somos como esponjas. A mí me han influido muchos autores, desde Picasso hasta los impresionistas.

-Sus obras están centradas en los bodegones ¿cómo llega a abordar este motivo?

-Hace unos cuatro años un día vi un cuadro sobre el que comencé a realizar variaciones y variaciones, le di mi toque personal. En un mismo bodegón puede verse una parte inventada, más surrealista con texturas y una parte más realista. Me gusta el color y darle textura para no pintar el bodegón más ortodoxo. En cada obra se ve una parte más real y otra parte más onírica. Juego con la originalidad de mezclar en el bodegón realismo con un toque distinto, con un toque original y único.

-¿Con cuál de las dos partes se encuentra usted más cómodo?

-En la parte más imaginativa. El realismo o hiperrealismo no me gusta tanto. Cuando pinto no me fijo en la realidad sino que todo surge de mi cabeza. En esta exposición puede verse todos los cuadros que hecho en esta serie. Antes de comenzar con la materia hago un boceto a lápiz y a partir de ahí desarrollo el color, con colores más serios una gama de grises y tierras en la parte más realista, mientras que en la parte más surrealista opto por una paleta más llamativa, y posteriormente trabajo la textura. Cada cuadro tiene muchas horas de trabajo.

-¿Qué materiales utiliza en cada pieza?

-En los soportes combino tela, con tableros, paneles y maderas. La mayor parte de ellos los hago yo y también los marcos. Para otras obras compré el aceite de linaza, los pigmentos, la esencia de trementina e hice mis propios colores. En este caso no, opté por comprar los acrílicos. Quizá me molesto mucho porque me apasiona pintar.

-Utiliza una paleta muy concreta para cada parte de los cuadros.

-Me gustan los colores casi primarios, los rojos, verdes y azules casi sin mezclar, casi como salen del bote, apuesto por los tonos más llamativos en la parte más creativa. En la otra parte de la obra opto por tonos más tierras, más grises y marrones, quizá porque va más en la línea de lo que nos encontramos en la realidad. El colorido también me ayuda a romper y resaltar la creatividad.

-La pintura para usted es...

-Es una manera de abstraerme del mundo, me siento muy bien pintando y se me pasan las horas volando. Es una relajación y un bienestar y también una forma de expresarme. Para mí poder mostrar mis cuadros en esta sala ya es un éxito porque no tengo ninguna formación académica y mis obras están gustando al público que está pasando a verlas quizá porque lo que hago rompe con lo que se ve habitualmente. No me esperaba esta acogida al exponer por primera vez en un espacio público.

-Tras estos bodegones, ¿qué va a pintar?

-Eso también me lo pregunto yo. (Risas). Todavía no lo sé. Iré probando con temas y a ver si surgen nuevas obras. He pintado paisajes y algunos pájaros que rompen con lo que se expone, pero no sé qué línea de trabajo seguiré. Quiero seguir experimentando.