José Francisco Matías, vicario general de la Diócesis de Zamora, ha sido una de las primeras personas en mostrar sus condolencias por el fallecimiento del obispo. "Era un hombre abierto, cercano, realista y entregado a su ministerio" ha señalado el vicario que, con la sede vacante, queda al cargo de la Diocesis de Zamora hasta el nombramiento de un sustituto. No es esta una cuestión baladí ya que en ocasiones el Vaticano tarda incluso años en nombrar un sustituto. Caso similar al que ocurre en la Diócesis de Astorga que también se encuentra en sede vacante.