Los hay que al pasar ojean las portadas y los hay que se detienen para ver qué libros ofrecen las cinco librerías de antiguo y ocasión que hasta el próximo día 29 hacen posible que Zamora cuente, un año más y sin interrupción, con feria de antiguo.

Los hay que compran juguetes para niños de su familia, pues algún librero añade a sus títulos juegos de habilidad, y los hay que compran libros para sus hijos como José Luis Ortega que adquirió ayer numerosos volúmenes para su hija a la que define como "una ávida lectora".

Libros para colorear, fábulas o minilibros ocupan un lugar preferente en más de un puesto. "Ahora preocupa mucho que los niños lean", asevera el librero de antiguo, Rafael Moral quien atesora una experiencia de más de 30 años. El vicepresidente de la Asociación de Libro Antiguo y de Ocasión estima que en la ciudad "se consigue vender porque trabajamos con libros descatalogados y todavía tenemos a personas que nos esperan de año en año, aunque cada vez son menos los bibliófilos", dice con una sonrisa, mientras que su compañero de gremio, José Luis Ortega remarca que "los precios son asequibles y no hacemos la competencia a las librerías locales".

Entre las singularidades editoriales que el público puede localizar en las casetas instaladas en la Marina figuran libros dedicados a Zamora, como el catálogo monumental; numerosos títulos en formatos facsímiles o una edición del Quijote de Ibarra, cómics tan míticos como Roberto Alcázar y Pedrín u originales del TBO de los años 50 o superhumores, títulos de Los Cinco o incluso chapas con frases de libros o piezas de ajedrez a precios populares