Los pasajeros que tomaron a la una de la tarde de este jueves el Alvia 4325 que une Madrid con Lugo sufrieron retrasos de más de dos horas en la llegada a sus destinos. Entre los afectados, varios grupos que se dirigían a Zamora y que deberían haber llegado a su destino a las 14.36 horas de la tarde, un horario que no se cumplió por culpa de un incidente que Renfe reconoció a media tarde.

El viaje se torció al paso del Alvia por el túnel de Guadarrama, antes de Segovia. Fue entonces cuando el convoy se detuvo ante la extrañeza de los pasajeros, que no entendían el motivo por el cual el tren se había parado en un punto en el que, lógicamente, no debería haberlo hecho.

El motivo era la citada avería, que obligó a los pasajeros a cambiar de convoy y a regresar a Madrid, el punto de partida. Allí tomaron otro tren que, esta vez sí, les llevó hasta sus destinos. Renfe cifró los retrasos en unos 134 minutos. Es decir, algo menos de dos horas y cuarto. Por tanto, los viajeros que se dirigían a Zamora llegaron a la ciudad unos minutos antes de las cinco de la tarde.

Para aquellos que se dirigían a Galicia, los retrasos también se acumularon aunque, una vez se produjo el cambio, el recorrido se realizó con normalidad hasta llegar a la estación de destino prevista.