El rediseño de la actual red de transporte público regular interurbano de viajeros por carretera, aprobando un Mapa de Ordenación de Transporte público de viajeros y procediendo a un nuevo sistema concesional que garantice el transporte público que se necesita en la Castilla y León del siglo XXI, es uno de los principales retos de la Consejería de Fomento. Una buena conexión, insisten en la Junta, es imprescindible en la lucha contra la despoblación, que se ceba en los pueblos (donde los ciudadanos demandan más servicios públicos de calidad para tener más facilidades que les permitan "resistir" en el entorno rural).

Una vez aprobado el mapa, "y ya implantado el bono rural bonificado de transporte que vamos a acometer en fechas próximas, se reestructurarán de forma integral las concesiones con la confección de los proyectos de explotación, con los siguientes objetivos: cobertura total de la población, con especial atención a la movilidad del mundo rural, integrando el transporte escolar en las nuevas concesiones y potenciando el modo del transporte a la demanda; adaptación a la ordenación territorial de la comunidad y coordinación con los restantes modos de transporte; mejora de la calidad del servicio y modernización de la flota; sostenibilidad económico-financiera del servicio público y la sostenibilidad ambiental y reducción de la huella del carbono", aseguró hace unos días el consejero, Juan Carlos Suárez Quiñones.