Aunque la supresión del Impuesto de Sucesiones y Donaciones fue amparada por un cierto eco social en los últimos meses, la normativa de la Junta hacía ya que se tratara de un gravamen al que solo hacían frente las personas de más recursos. A día de hoy, una persona que herede (siempre de un familiar directo) bienes por un valor inferior a los 400.000 euros, no tendría que pagar impuestos.

La cantidad exenta de tributación ha ido aumentando en los últimos años de una forma considerable. Para fallecimientos registrados entre los años 2013 y 2016 la cantidad exenta era de 175.000 euros; para los registrados entre mediados del 2016 y mediados del 2917 fue de 250.000 euros y para los que se hayan producido entre el siete de julio y el 31 de diciembre de 2017, era de 300.000. Es de 400.000 euros desde comienzos del año pasado.

De estos datos puede deducirse que una persona que heredara bienes por valor de 400.000 euros, la mayoría de los afectados, no tendría que pagar impuestos. Los datos de la Junta indican que el año pasado se recaudaron en Zamora algo más de doce millones de euros por el Impuesto de Sucesiones y Donaciones. Es unos de los gravámenes más conflictivos.