Hasta ahora su muerte había sido todo un misterio. Las últimas noticias que se tenían de ella fue que obtuvo auxilio por enfermedad de la Junta Provincial de Beneficencia de Zamora. Una información apuntada en 1964 en su acta de nacimiento. Desde entonces, se le había perdido la pista. Hasta ahora, cuando el investigador del Centro de ciencias Humanas y Sociales del CSIC, Fran Garcerá, ha descubierto cómo pasó los últimos años de su vida y dónde se encuentra enterrada. Y es que la vida de la poeta Margarita Ferreras, nacida en Alcañices en 1900, no fue fácil. Huérfana de padre, se trasladó muy joven a Madrid junto a su madre. Fue allí donde asistió a la Residencia de Señoritas y al Liceo Club Femenino. Un ambiente artístico que marcó sus años en la capital.

De hecho, se sabe que se movía en los ambientes literarios de Madrid. Tanto es así, que hasta Francisco Ayala llegó a decir de ella que era "demasiado conocida" y la llega a describir como una auténtica diva. Incluso llegó a aparecer en el prólogo de un libro de García Lorca y a mantener una relación sentimental con el infante don Fernando de Baviera, a quien le reclamó durante años una cantidad de dinero que al parecer le había prometido. "Se sabe que tanto en la Residencia de Señoritas como en el Liceo femenino no guardaba buena relación con el resto de mujeres, quizá porque vivió un estilo de vida más adelantado que al resto", cuenta Garcerá.

Publicó su primer y único libro en 1932, "Pez en la tierra", una obra de la que se hicieron eco los principales diarios de la época. Decía el crítico de ABC que Margarita Ferreras "en el fondo de su alma tiene cosas que decir", y que su poemario está "dotado de una admirable y envidiable forma de expresión (...) con subjetiva y encantadora y melodiosa originalidad". Un libro que "es todo luz y claridad, que suelta las amarras de las formas, (...) del recetario clásico de encajonamiento tradicional y lanza libre su voz dulce, llena de contenido emotivo".

Sin embargo, a los pocos años de publicar este poemario, se pierde casi por completo su pista. Una pista que ha logrado seguir Garcerá y que le llevó hasta unas cartas enviadas a Miguel de Unamuno en las que Ferreras refleja su angustia vital y los problemas de salud que estaba atravesando. Años de soledad sobre los que este investigador pondrá luz gracias a la biografía que publicará el año que viene y que sacará del ostracismo a esta poeta zamorana.

De hecho, Garcerá ha descubierto, tras una ardua investigación, el lugar donde se encuentra enterrada la poeta y la fecha de su fallecimiento, un dato hasta ahora desconocido. Según asegura, Margarita falleció el 19 de noviembre de 1964 en Palencia, en la residencia de las hermanas hospitalarias, donde está enterrada "hasta que sus restos regresen a Alcañices, donde estoy seguro de que le hubiese gustado decansar para siempre".

Hablar de la poesía de Ferreras es hacerlo, dice Garcerá, "de una voz única dentro del resto de poemarios escritos por mujeres en la Edad de Plata de la literatura española". Por un lado, por el erotismo impregnado en sus poemas y que sobrepasaba las normas morales de la época, a pesar de que se había logrado avances, como el derecho al voto de la mujer. "Mostrar públicamente el deseo no estaba bien visto. Incluso en el prólogo a una obra de Lorca se dice que cuando Margarita recitaba lo hacía pasionalmente. Y es que Margarita era deseo con mayúsculas", cuenta este investigador.

Y es que sus poemas rezuman sensualidad, pero también esa angustia vital con la que vivía. Entre sus referentes, García Lorca, de donde bebe en parte de su poemario, muy influenciado por lo popular, y Juan Ramón Jiménez, al que incluso le llega a dedicar su libro. Una imagen poética, en definitiva, muy relacionada con los cuatro elementos, que sin embargo, aún está pendiente de un trabajo que relacione su poemario con la historia de su vida.

"Su poesía aún está por estudiar en el contexto total de su trayectoria vital, que espero se logre una vez se publique la biografía, algo que ayudará a entender muchas de esas imágenes que empleaba", asegura Garcerá. "Margarita tuvo la mala suerte de que la vida la trató con poca amabilidad" a lo que se une que, tras la llegada del franquismo, muchas de las mujeres que formaban parte del panorama literario español desaparecieron, hasta que en 1947 Carmen Conde publicó "Mujer sin edén".

Ahora se sabe que pasó sus últimos años en un psiquiátrico, y aunque tan solo publicó un libro y otros dos poemas recuperados por este investigador, "tengo la certeza de que continuó trabajando, pero esos documentos están por ahora perdidos. Sigo soñando con el día en el que alguien me traiga una maleta llena de documentos de Margarita y me digan que es su legado".

Una trayectoria vital, sin duda, complicada y condenada al ostracismo que volverá a ver la luz en poco tiempo para que esta poeta zamorana ocupe el puesto que se merece en la literatura del siglo XX.