Isabel Blanco ha vivido un 2019 muy intenso desde el punto de vista político. Inició el año como procuradora y lo terminará, si no hay contratiempos, como consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades de la Junta de Castilla y León. Entre medias, unas semanas como diputada nacional y la participación en las intensas negociaciones con Ciudadanos para formar una coalición autonómica y evitar que el Partido Popular cediera uno de sus principales feudos. "Ahora ya no me muevo", advierte. Este mismo viernes, la zamorana presentó en Valladolid las líneas básicas de lo que serán sus cuatro años al frente del área "más bonita" en la gestión regional. Como mantra, "lo que funciona bien es mejor no tocarlo demasiado"

-Hace apenas medio año, usted sonaba como posible cabeza de lista del Partido Popular de Zamora a las Cortes. Finalmente concurrió como número uno al Congreso en las Elecciones Generales, pero mes y medio después Alfonso Fernández Mañueco la llamó para ser consejera. ¿Era lo previsto?

-No, estas cosas nunca son previstas y siempre te pillan de sorpresa, aunque la gente no se lo crea. De hecho, a mí me pilló de sorpresa ir en la lista para el Congreso, no me lo esperaba. Son unos asuntos que te los comunican de hoy para esta tarde. Luego aceptas y es una responsabilidad grande, que da vértigo. De todos modos, el hecho de irme a Madrid no implicó que yo me desconectara de Zamora o de Castilla y León. Desde el Congreso, yo seguí trabajando con Alfonso Fernández Mañueco en la campaña y, cuando se forma Gobierno, un día me llama y me dice: te vienes de consejera de Familia. Y dije que sí.

-Antes se había producido una serie de reuniones con Ciudadanos para formalizar el pacto en las que también participó. ¿Cómo lograron convencer a Igea tras el optimismo inicial del PSOE?

-La negociación fue dura, intensa, pero había muchos más puntos que nos unían que los que nos separaban. Hemos formado un buen Gobierno y que va funcionando bien. Fue una etapa complicada, pero como todas las negociaciones.

-Tras los primeros pasos, ¿cómo se está viviendo la coalición desde dentro?

-Bien. La verdad es que no hay conflictos, no hay grandes choques. Evidentemente, hay puntos en los que puedes disentir un poco más, pero como pasa en casa con las familias y las discusiones entre los padres y los hermanos. Al final, somos un Gobierno, y un Gobierno que, bajo mi punto de vista, está funcionando bien.

-Antes de ser nombrada consejera de Familia, se rumoreaba que podría terminar en el área de Fomento y Medio Ambiente. ¿Hubo alguna posibilidad real?

-Como ya dije aquellos días, las quinielas son eso, quinielas. Lo que sé es que Alfonso Fernández Mañueco me llamó para ver si quería ser consejera de Familia y yo le dije que sí. Estoy muy contenta y creo que se me nota. Tengo la consejería más bonita. Nos ocupamos de manera directa de las personas desde los cero hasta los cien años. Estoy en el área de la gente.

-Castilla y León tiene fama de ser una de las comunidades que mejor trata estos aspectos...

-La mejor. Y lo dicen los datos, no es que sea la fama. Además, no son solo los indicadores que nos dan un 9,2, es que tenemos el mejor sistema de servicios sociales de España, y viene gente a vernos para analizar cómo es posible mantener este modelo. Somos un referente para muchos países y pretendemos seguir siéndolo.

-¿Entonces, la crítica del PSOE de que su plan para estos cuatro años es más de lo mismo se la toma como un halago?

-Partimos de algo que está bien y nuestra obligación es mantenerlo y tratar de mejorarlo. Si estamos desarrollando unas buenas políticas sociales, por qué las vamos a cambiar. Nos tenemos que adaptar a los nuevos retos e ir un poquito más allá, pero si algo es bueno no hay que cambiarlo. Sobre lo que hay se tiene que mejorar. Por ejemplo, a partir del 1 de enero vamos a reducir los plazos para conceder el derecho de la prestación de la dependencia hasta los tres meses, cuando actualmente es de cuatro.

-Comentaba que su consejería trata a gente de 0 a 100 años, pero la realidad es que hay una gran cantidad de personas mayores de 65 años en la región y, concretamente, en la provincia de Zamora. ¿Se puede hacer algo para transformar esto?

-El tema del envejecimiento es un problema de Zamora, de Castilla y León, de España y de Europa, aunque sea un tópico. Le hemos dado muchas vueltas y queremos poner planes en marcha para que la gente joven se quiera instalar en los pueblos y fomentar algunas medidas de conciliación. Son las que más pueden ayudar a un repunte de la natalidad. Queremos dar ayudas directas para los centros infantiles, extender el programa Conciliamos a los ayuntamientos de más de 3.000 habitantes... Son medidas para facilitar que los jóvenes se quieran quedar. A los chicos y chicas les ofrecemos los talleres de oficio, porque los torneros, los carpinteros o los trabajadores del sector agroalimentario pertenecen a sectores que no se deslocalizan, que se quedan en el territorio, y es otra manera de revertir la pirámide poblacional. Tenemos muchas medidas. También ayudas a la mujer rural.

-¿A todo esto ayudaría un cambio administrativo con la fusión de municipios?

-Nosotros no estamos de acuerdo con eso. Siempre hemos defendido nuestros pueblos. Hay que fomentar lo que te estaba diciendo, incidir en los CEAS y trabajar en ese sentido. A la gente hay que seguir dándole los servicios en los pueblos donde vive, creo que debe ser así.

-¿Qué planes tiene para las residencias, teniendo en cuenta el aumento del número de personas mayores y las quejas que se producen sobre la escasez de plazas?

-En la última legislatura se crearon 222 plazas en las residencias públicas y tenemos el compromiso de crear otras 200. Además, vamos a avanzar hacia el modelo "En mi casa". Es un modelo que está centrado en la persona. Todos hemos ido a alguna residencia y hemos visto cómo es su funcionamiento, pero el nuevo modelo plantea pequeñas estancias, dobles o individuales, con personas que tienen su propio comedor, cocina, baños, y que también tienen más flexibilidad de horarios, en los menús y, en general, en su día a día. Vamos a ir avanzando hacia eso de manera paulatina. Volviendo a las plazas, una persona puede estar en la lista de espera de cualquier residencia de la Comunidad Autónoma.

-¿Cómo va a ser la implantación del nuevo modelo?

-Vamos a crear una ley de atención residencial. Es un modelo centrado en las personas, y las nuevas residencias que se vayan haciendo ya tienen que seguir ese patrón. También las que ya existen se tienen que ir adaptando. En Palencia se ha hecho ya con dos unidades de uno de los centros, ahora empezaban las obras de otras dos y está previsto el proyecto para algunas más de cara al 2020. Esto se irá haciendo así, y mientras convivirán los dos modelos.

-¿Cuál va a ser la primera en adaptarse en Zamora?

-Lo iremos viendo. Primero hay que hacer la ley. La idea es empezar en esta legislatura, pero no puede ser todo de golpe. Además, lo vamos a consensuar con el sector.

-En cuanto al tema de las relaciones con los ayuntamientos y las diputaciones, ¿qué va a cambiar en el acuerdo marco?

-Por lo pronto, que va a ser de cuatro años, que ya es algo muy importante. Les va a dar más tranquilidad que el actual, que es de tres, y entendemos que es bueno. Ahora mismo, el acuerdo marco es de 111 millones de euros, y el compromiso es incrementar esa cantidad todos los años, en ningún caso bajarla. De todos modos, la financiación se adapta a unos módulos y unos baremos. También, en el último acuerdo marco, se aumentaron 90 plazas en los CEAS y se irá avanzando en ese sentido. Luego habrá que estudiar las singularidades individualmente porque no es lo mismo, desde el punto de vista administrativo, el norte de Burgos o ciertas comarcas de León que la Tierra de Campos. Habrá un núcleo común y asuntos adaptados para cada caso a nivel particular.

-También habló, en su comparecencia para explicar sus planes para la legislatura, de tolerancia cero en lo que se refiere a la violencia machista. ¿Qué se puede hacer desde la administración?

-Mi compromiso es tolerancia cero con la violencia de género. Me lo vais a oír repetir mucho. Lo primero es convencer a las víctimas de la necesidad de que denuncien, porque si no las autoridades judiciales y la policía no pueden actuar. Vamos a instar a que se revisen los protocolos y que se pueda actuar de oficio. ¿A qué me refiero? Como ejemplo, en el caso de la mujer víctima de Paredes de Nava, la Policía Municipal de Madrid, la ciudad donde se produjo el caso, había presenciado agresiones del hombre a la mujer y redactó la denuncia, pero ella no la ratificó y no se pudo hacer nada. En determinados casos creo que hay que actuar de oficio, abrir un expediente e iniciar el procedimiento directamente. Creo que eso es importante. Luego, las mujeres van a tener todo nuestro apoyo. Hay varios pisos tutelados en Castilla y León, y pondremos más a disposición de las mujeres que lo reclamen si son necesarios.

-En cuanto a la violencia sexual, con casos recientes en la provincia de Zamora, ¿qué se puede hacer desde la Consejería de Familia para tratar de terminar con este tipo de abusos y agresiones?

-Va más a la educación, y sobre todo de los más jóvenes. Se están detectando otra vez roles machistas, sobre todo en los más pequeños. Parece mentira, con lo que hemos peleado, que las generaciones jóvenes acepten determinados comportamientos. ¿Cuántas veces una chica de 15, de 18 o de 20 años ve normal que su novio le controle el móvil? Eso pasa más y, me van a perdonar, pero no es normal. Tenemos que hablar de ello, porque lo que no se habla no existe. Hay que educar en que eso no es normal.

-Todos estos planes y proyectos van a ser defendidos en Zamora por Clara San Damián, nueva delegada territorial de la Junta. ¿Es la persona adecuada para desempeñar esa labor?

-Clara San Damián es una mujer preparada, que tiene mucha experiencia en la administración y que lo va a hacer muy bien. Estoy convencida.

-Tanto ella como usted han sido parlamentarias nacionales en este mandato. ¿Cree que España se dirige a unas nuevas elecciones ante la falta de acuerdos a nivel estatal?

-¿Quién lo sabe? Nosotros, el Partido Popular, a pesar de que se decía que éramos los más intolerantes, hemos sido capaces de negociar y dialogar para ponernos de acuerdo por el bien de Zamora y de Castilla y León. Quedan 20 días y esperemos que se pongan de acuerdo. Hace falta un gobierno que nos dé estabilidad y las personas no pueden esperar.

-A las comunidades autónomas les afecta especialmente esta realidad. ¿En qué medida es necesaria la financiación que se mantiene bloqueada y pendiente de la situación política?

-Lo es mucho. Hemos hablado mucho estos días de los 440 millones de las entregas a cuenta, de la parte del IVA... Yo quiero lanzar el mensaje de tranquilidad de que los servicios sociales se van a seguir prestando, de que no va a haber problema con ellos. Pero nosotros tenemos unos presupuestos prorrogados del 2018 con una serie de dependientes que han aumentado, y a los que tenemos que seguir pagando. Es una obligación y va a seguir siendo así. Lo que se verá afectado son otros programas más secundarios. Tratamos de llegar a todo, pero no podemos estar así otro año. La financiación no tiene que ver con la lucha partidista; ese dinero le hace falta a las personas. Yo les diría a los partidos de izquierdas: Siéntense, que es lo que hicimos los demás, díganse lo que se tengan que decir y vamos a hacer un Gobierno, que se puede, y la prueba está en Castilla y León.