Los mensajes que durante los últimos meses siembran dudas sobre el futuro de los coches diésel han calado en los consumidores. Solo en la provincia de Zamora, en comparación con el año pasado, los concesionarios han reducido las ventas de vehículos con motor de gasóleo un treinta por ciento. A día de hoy los coches diésel están lejos de copar el mercado, algo que consiguieron hace no tanto, y representan "solo" el 35% del total de vehículos que salen de los concesionarios. Aunque esta caída se produce en el contexto de un menor dinamismo en el mercado de vehículos lo cierto es que la caída general acumulada en los ocho primeros meses del año -del 11%- no tiene nada que ver con la del diésel, que alcanza el treinta.

El incierto futuro del diésel se nota también en las estaciones de servicio, según los datos de la Agrupación de Vendedores al por menor de Carburantes y Combustible de Castilla y León -Avecal-. No en vano, el consumo de gasóleo A en la provincia ha descendido más de un dos por ciento hasta las 101 toneladas acumuladas en el primer semestre. Los datos regionales son también malos y hablan de un descenso de más del seis por ciento. Por el contrario, las ventas de gasolina aumentan un cinco por ciento en idéntico periodo. Con todo, los datos muestran que el consumo de diésel multiplica por diez al de gasolina, con lo que sigue siendo el combustible predominante en la provincia de Zamora y en Castilla y León.

El presidente de Avecal, Rafael Pizarro, destacó, en declaraciones a Ical, que las estadísticas muestran una situación provocada por "la política del Gobierno al demonizar el diésel, cuyas últimas generaciones de motores para este combustible contaminan menos que los vehículos de gasolina". Además, criticó que con esos mensajes se provoca un trastorno al "propio ciudadano al no saber que turismo comprar, pero también a la industria".

Pizarro subrayó que "las cosas hay que hacerlas con sentido común e informar bien", dado que los datos técnicos que "no son partidistas certifican que el diésel contamina menos".

Respecto a la nueva tendencia "eco" y la entrada en el mercado automovilístico del movimiento eléctrico, Pizarro destacó que "es maravilloso, pero hay que mirar río arriba y abajo contando las cosas al usuario". En este sentido, el presidente de Avecal mencionó que para fabricar una pila, que ronda los 700 kilogramos, es necesario utilizar litio o cobalto, unos minerales "monopolizados por cuatro o cinco países", sin olvidar "la mano de obra de las minas". Por otro lado, se establece el interrogante sobre qué hacer cuando la batería no tenga utilidad, dado que, su vida ronda los nueves años, pero baja hasta los cuatro con cargas rápidas.

Además, el estado de bienestar entra en juego debido a los impuestos especiales, los cuales han aportado a las arcas públicas más de 21.000 millones de euros. El problema viene para "recaudar parte de ese dinero con el coche eléctrico desde los hogares a día de hoy", aseguró Pizarro, quien añadió que "la mayor parte de la energía la importamos de fuera".

Por último y volviendo a los gasóleos y su penalización, Rafael Pizarro se preguntó qué va a hacer el Estado con "los camiones, tractores, aviones o las calderas de calefacción que trabajan con diésel", ya que los vehículos pertenecientes a familias "equivalen sólo al 24 por ciento", apostilló.