"Otro negocio que cierra". La frase, repetida una y mil veces en los últimos años, ha acabado por cambiar radicalmente el paisaje urbano de las principales zonas comerciales de Zamora. En total, según el recuento llevado a cabo por este periódico, las calles comerciales con más actividad de la ciudad suman la friolera de 120 locales comerciales vacíos, algunos de los cuales acumulan ya varios años con carteles de "se alquila" y otros recientemente despojados de su actividad. Cada uno es la historia de un negocio que no ha funcionado, una situación cada vez más frecuente en una ciudad con escaso dinamismo económico.

En total, las calles de Alfonso IX, Amargura, Pablo Morillo, la Plaza Mayor, Sagasta (y la cercana calle Renova), Príncipe de Asturias, Ramos Carrión, San Torcuato, Santa Clara, Tres Cruces, Víctor Gallego y Viriato suman la cifra de 615 locales comerciales aptos para acoger actividad, ya sea de comercio o, si se cumplen los requisitos, de hostelería. De ellos, 120 inmuebles están vacíos, sin otra actividad que el mantenimiento que les dan sus propietarios. Son uno de cada cinco, un porcentaje demasiado elevado teniendo en cuenta que todas las calles estudiadas están en las zonas de más actividad de la ciudad. En los barrios los locales cerrados son, en algunas zonas, mayoría.

Dos son las calles con las que se ha cebado especialmente la falta de actividad económica y de demanda que actualmente registra la ciudad de Zamora. Se trata de Víctor Gallego y de San Torcuato. En el primer caso, la calle cuenta con 29 locales en los que actualmente no se desarrolla ninguna actividad comercial ni hostelera. Muchos teniendo en cuenta que el censo total de inmuebles que se ubican en esta vía, entre Cardenal Cisneros y la plaza de Alemania, asciende a 91. Esto es, el 31% de los locales de Víctor Gallego están cerrados. Especial incidencia tiene está situación en el tramo que discurre entre el cruce con la calle Libertad y el final de la calle. En esa zona la actividad está bajo mínimos, con casi la mitad de los locales, literalmente, llenos de polvo.

En San Torcuato la situación es similar, pero si cabe más visible porque se trata de una vía que antaño fue la segunda con más importancia dentro del mundo comercial de la ciudad. San Torcuato, como repiten una y mil veces los empresarios que ahí resisten, "se muere". De 73 locales comerciales ubicados en la calle, 20 están cerrados. Lo que es peor, la evolución es tan evidente en los últimos años, a peor, que nadie se atreve a asegurar cuándo frenará. Bares, cafeterías, tiendas de ropa para niños, de calzado o de bisutería. Pocos son los nuevos negocios nuevos que resisten al paso de los meses en esta calle.

Por lo que refiere a la zona más céntrica de la ciudad hay algunas consideraciones importantes. En la calle Ramos Carrión, en la plaza de Sagasta y calle Renova y en la calle Viriato están cerrados más del 25% de los locales comerciales. En Sagasta, posiblemente la zona más transitada de la ciudad, hay seis cerrados de un total de 24, algunos de ellos -como el edificio Cariátides o el de García Casado-, inmuebles emblemáticos-. En Viriato, justo al lado, no tienen actividad cuatro locales de un total de 12 y en Ramos Carrión (entre la Plaza Mayor y Viriato, donde está la mayor del casco parte del comercio) cierran el 26%. En la Plaza Mayor, por su parte, hay dos locales cerrados y 18 abiertos.

Por lo que refiere a la zona del "Ensanche", Pablo Morillo es la calle que presenta peor situación, con casi veinte locales con las persianas bajadas de con 78 aptos para acoger actividad. Con todo, la situación mejora en otras vías cercanas. En Tres Cruces, por ejemplo, cierran 15 de un total de 90, uno de cada seis. En Alfonso IX no tienen actividad cinco mientras que 18 están abiertos y en Príncipe de Asturias hay 11 cerrados y 49 operativos, aunque aquí también son muchos teniendo en cuenta que varios están en La Marina.

Solo dos calles de las que históricamente se han considerado como las más activas de la ciudad son capaces de aguantar el tirón de la crisis del consumo. Son la calle Amargura, donde solo tres locales de entre 59 están con las persianas bajadas -aunque "amenaza" algún cartel de jubilación- y, sobre todo, Santa Clara. La que es la principal calle comercial de Zamora tiene dos locales vacíos -el de El Heraldo y el que antes ocupó La Caixa- de un total de 70 inmuebles. Los dos únicos oasis en un desierto amenazante.