La creciente presencia de perros en las ciudades y el creciente desequilibrio con las cifras de niños y menores de edad no se explica solo por la falta de descendencia en los nacidos a finales del siglo pasado -fenómeno este que se traduce, fundamentalmente, en las dificultades económicas y laborales a los que esta generación se enfrenta-. Al contrario, y según todos los estudios, la soledad de los habitantes más mayores es un factor desencadenante a la hora de explicar el creciente censo de animales. Cada vez más personas que viven solas se acompañan de un "amigo de cuatro patas" para sentirse más acompañadas. El 32% de los adultos mayores de 52 años, según las estadísticas, convive con algún animal.

En Zamora el Ayuntamiento obliga a inscribir, siempre bajo la responsabilidad de un mayor de edad, a todos los perros de la ciudad. Los dueños están obligados a velar por la buena salud de su mascota y, en caso de que sean razas consideradas como potencialmente peligrosas, deben inscribirlas como tal.