Una persona que se dé un paseo por la capital tiene cuatro veces más posibilidades de cruzarse con una persona que camine acompañada por un perro que de toparse con alguien empujando un carrito de bebé. Eso se desprende al menos de los datos del censo canino en la capital y del padrón de habitantes. En Zamora, con los datos que proporcionaron desde el equipo de Gobierno de la ciudad hace escasos meses, el censo de perros asciende, aproximadamente, a los 9.000. Por contra, según el INE, solo hay 2.161 -con datos de 2018- niños menores de cuatro años de edad que residen habitualmente en la capital. El resultado, el dicho: hay cuatro veces más perros que niños menores de cuatro años.

Los datos van más allá. En la capital hay tantos canes censados como menores de quince años, algo que se da en pocas ciudades del país. La necesidad de un compañero para paliar la soledad, el cambio de los estándares de vida, la mala situación económica que impide a muchas parejas tener hijos son algunos de los factores que hay que poner sobre la mesa para analizar esta realidad, que no es más que el reflejo del imparable declive demográfico de la provincia y también de la capital. Los nueve mil "compañeros" de cuatro patas son tantos como "chavales" menores de veinte años en la ciudad.

La tendencia es imparable y ya en los últimos años se ve como, mientras aumenta el número de perros censados en los listados municipales -lo que no quita para que haya animales que no están registrados, aunque es obligatorio-, desciende el número de niños. Por ejemplo, hace tres años había registrados en la capital unos 8.700 perros que había en 2015 eran, con todo, más que los 8.600 menores de veinte años residentes en la ciudad.

No hay muchos datos detallados en esta serie histórica, pero la tendencia se invirtió en algún momento cercano al año 2010. La evolución que sigue el censo canino en la capital zamorana es, sin duda, impresionante. En 2006 los listados municipales tenían constancia de la inscripción de algo más de 4.000 perros en la capital. Un año antes, en 2005, la cifra superaba por poco los tres mil. Fue en esos años, en los últimos de la década pasada, cuando se disparó el interés de los zamoranos por tener mascota a la vez que la escasa natalidad ganaba terreno. Los datos de 2006 indican que había el doble de niños menores de cuatro años que de perros. Un año antes, en 2005, la proporción era de tres a uno también a favor de los recién nacidos y de los niños un poco más mayores. Si ahora hay tantos perros como menores de quince años, hace poco más de una década había 10.000 jóvenes más que cánidos. La tendencia es evidente.

A nivel nacional los datos son similares, aunque no alcanzan a los extremos a los que se llega en la capital zamorana. El cuarenta por ciento -cuatro de cada diez- de los hogares españoles cuenta con alguna mascota. Mientras, a nivel nacional, la tasa de natalidad se ha reducido un treinta por ciento en la última década según los datos con los que cuenta el Instituto Nacional de Estadística. La tendencia, a la baja por enésimo año consecutivo, es cada vez más notoria. Hay más perros y menos niños en los hogares españoles.

En Madrid, por ejemplo, hay el doble de posibilidades de cruzarse con una persona paseando al perro que de hacer lo propio con un niño menor de cuatro años. En las ciudades es donde más se ha disparado la tenencia de perros y donde más se nota la reducción de la natalidad. Zamora, como muchos otros lugares del país, se está convirtiendo en una verdadera "ciudad de perros".