Son variados los objetivos que persigue la reforma del sistema de transporte de viajeros por carretera, entre ellas mejorar la eficiencia y la coordinación y evitar "la competencia desleal entre los distintos modos de transporte, promoviendo la intermodalidad y favoreciendo la cohesión económica y social y la equidad territorial, con especial apoyo a las zonas rurales". Reducir la emisión de contaminantes y mejorar la seguridad, la calidad y confort del servicio son otros objetivos, junto con la promoción del uso de nuevas tecnologías y medios telemáticos en la gestión del transporte público.

La accesibilidad universal, la flexibilidad de las concesiones, para que se puedan adaptar constantemente a la evolución de la población, el establecimiento de un régimen tarifario y de financiación del transporte público que sea equitativo, eficaz y eficiente y que asegure su sostenibilidad económico financiera son otros objetivos, junto con la priorización del transporte público frente al uso del coche privado.