Es sin duda una de las voces más autorizadas para hablar sobre el futuro de la muralla tras el derribo del edificio de la Ronda de Feria, 11 anexo al lienzo. No en vano, ha dirigido los últimos proyectos de conservación y reparación efectuados sobre ella. El arquitecto Francisco Somoza se muestra satisfecho con el resultado que poco a poco se va viendo, aunque asegura que es fundamental contar a partir de ahora con un plan de actuación general que logre integrar la muralla con el resto de la ciudad y que narre además su historia para que todos la valoren.

- Poco a poco parece que se está logrando liberar la muralla de los edificios que tenía anexos. La pregunta es obligada. ¿Cuáles son los siguientes pasos?

-Lo primero que se debe poner sobre la mesa es un plan general basado en tres puntos. El primero debe establecer de la forma más clara posible la importancia objetiva de cada uno de los lienzos de la muralla, que no siempre es la misma. En segundo lugar, se tiene que analizar el estado de conservación; y el último punto debe establecer en función de la disponibilidad, un programa de actuaciones concreto. También es fundamental que la muralla pase revisiones periódicas, porque si no es así, se cae, como ha sucedido en más de una ocasión. Qué este monumento esté en buen estado significa mantener la cara exterior, pero también la cara interior de la muralla, de la que muchas veces nos olvidamos.

-¿Este plan tendría que buscar la integración de la muralla con el resto de la ciudad?

-Que la muralla esté integrada es fundamental, aunque igual que la muralla es variable, el método de integración en el entramado urbano deben ser también variable y adaptarse a sus características. Porque no es lo mismo el tramo de muralla que hay entre la calle de Los Herreros y Balborraz, que la muralla que se acaba de liberar. En este caso son zonas abiertas que permiten la construcción de parques en los que se podría pasear y conocer la historia de la ciudad de alguna forma. Esos jardines, si se hacen, tienen que considerar la importancia del monumento. No se pueden plantar árboles que impidan que se vea bien la muralla. Hay que pensar los siguientes pasos de manera cuidadosa.

-¿Se debe controlar de alguna forma las nuevas ediciones para que no sobrepasen la altura de la muralla, como sucede en Ávila?

-La muralla es un elemento configurante de la ciudad, por eso las edificaciones no deben alterar los volúmenes de la parte superior, porque esta alteración es contraria a lo que fue la ciudad antigua. Esa sería una medida importante a nivel intramuros.

-¿Y con respecto a los edificios extramuros?

-Patrimonio debe estar atento a las nuevas construcciones, porque ahora que tenemos más muralla a la vista, se tiene que cuidar el entorno. Creo que si llegan a construir esos parques, deben tener además contar y relatar la historia de la ciudad en la que vivimos.

-¿Hemos tratado bien a la muralla a lo largo de la historia?

-La muralla hay que entenderla como un cuerpo completo que cuenta con dos caras. Porque no está solo la cara que vemos normalmente, sino también la que nos vemos, la interior. Los sectores intramuros se han visto afectados por procesos de degradación muy importantes, ya que se han construido edificaciones y se han alterado las escorrentías y las corrientes de aguas subterráneas, lo que ha provocado que, sobre todo en las bases de los lienzos, se acumule agua y por consiguiente se produzca un proceso de descomposición de las murallas, lo que las debilita. Hay que pensar siempre en la muralla que vemos y en la que no vemos. La conservación y mantenimiento de los grifos, la construcción en el recinto intramuros de edificios que alteraban la escorrentía del agua y que las conducían todo a los bordes y a las zona de sustento de las murallas, a su base, principalmente, no le ha hecho ningún bien.

-¿Qué papel juega ahora el ayuntamiento en todo este proceso de consolidación y rehabilitación?

-Aquí el ayuntamiento tiene una responsabilidad limitada ya que es de propiedad estatal. Sin embargo, lo que está haciendo el consistorio desde hace tiempo, es sin duda muy importante. La muralla ha pasado por muchos periodos una vez dejó su labor defensiva original. Desde las últimas guerra carlistas hasta pasada la mitad del siglo XX, no se valoraba su importancia patrimonial. Y es que no fue hasta el último tercio del siglo XX cuando se empezaron a tomar medidas y comenzó su restauración y consolidación. En Zamora hay muchos metros de lienzo de muralla con importancia variable. No todo es de la misma época, pero es importante mantenerla porque son las letras que escriben el relato de la historia de la ciudad.

-¿Cuál diría que es su estado general?

-El estado de la muralla es variable, según la zona que se tenga en cuenta. No todos los lienzos están igual de bien conservados. En términos generales, se puede decir que existen zonas en las que hay un riesgo importante de desprendimiento, como ha sucedido en el pasado. En lo que se refiere al lienzo de la zona de la Ronda de la Feria, sucede lo mismo. Hay zonas que ofrecen un aspecto de estabilidad y firmeza, y sectores, sobre todo las coronaciones, que precisan un proceso de restauración que asegure su estabilidad. La muralla cuenta con lienzos que se superpusieron a los originales del siglo XII o XIII. Al no ser un monumento, como podría ser una iglesia, y cumplir una función defensiva, a lo largo de los siglos tuvo que ser reconstruida.

En su opinión, ¿cree que será este un nuevo punto que atraerá más turismo a la ciudad?

-El patrimonio, a cualquier nivel, siempre supone una atracción para el turismo. En Zamora, la mayoría de los visitantes vienen atraídos por nuestro románico, el modernismo y porque la ciudad cuenta con una arquitectura contemporánea muy buena. Si esta ciudad no tuviera estas razones que la hacen tan excepcional, no vendría la gente. Toda la recuperación patrimonial que se haga afectará de forma muy positiva en el incremento y en una mayor de afluencia de turismo.

-¿Y qué papel juegan los zamoranos en todo este proceso?

-Nosotros también tenemos que ser turistas en nuestra ciudad. Es necesario que los niños aprendan a amar la ciudad, que es la forma de divulgar nuestro propio patrimonio. Nosotros mismo debemos ser altavoces que cuenten las bondades de Zamora en el mundo.