Una ciudadana dominicana residente en Salamanca ha sido detenida por la policía de la capital charra después de que intentara pagar la carrera al taxista que la había traído desde Zamora con un billete de 500 euros que por una cara podía dar el pego, pero por la otra parecía "de juguete", con inscripciones en chino.

Todo ocurrió en la noche del jueves al viernes. Llegaron tres personas, un hombre y dos mujeres, no demasiado bien vestidos, pero con unos modales que no levantaron las sospechas del taxista que hacía guardia en la parada de la Plaza Mayor. Le pidieron viajar a Salamanca y enseñaron las carteras con las tarjetas de crédito cuando el profesional les advirtió que la carrera saldría por cerca de 80 euros. Eran aproximadamente las tres de la madrugada. Momentos antes un compañero había recibido una petición similar y al comprobar que el cliente no podía pagar se negó a realizar el servicio.

De hecho, cuando el taxista iba con los tres pasajeros camino de Salamanca, a la altura de Topas recibía el aviso del compañero, pero al no coincidir la descripción del insolvente con sus clientes llegó a la conclusión que unos y otros no tenían nada que ver.

Al taxista le pareció más raro el hecho de que al llegar a Salamanca los ocupantes del automóvil no supieran exactamente dónde querían apearse y de hecho dieron unas vueltas por la ciudad buscando primero un pasaje y luego una zona con algo abierto para comer. El taxista se plantó y pidió a los ocupantes que abonaran la carrera. Es cuando una de ellas, dominicana, sacó un billete de 500 euros, que por una cara parecía real. Sin embargo, en cuanto tocó el papel el taxista zamorano se dio cuenta de que aquello no era un billete de curso legal, sospecha que confirmó enseguida, ya que al dar la vuelta al papel comprobó que se trataba de una burda imitación, ya que llevaba incluso palabras impresas en chino. El importe de la carrera ascendía a más de cien euros y ninguno de los ocupantes dijo tener dinero para pagarla.

El taxista entonces decidió llamar a la Policía, presentó la denuncia y los agentes detuvieron a una de las pasajeras, la de origen extranjero, como presunta autora de un delito de estafa.

El resultado para el profesional fue toda una noche perdida, ya que ni cobró la carrera a Salamanca ni recuperó todas las horas perdidas entre el traslado y los trámites policiales. Sin embargo, considera que actuó correctamente denunciando, ya que en este caso parece claro que los viajeros actuaron con mala fe. Una posibilidad hubiera sido cobrar parte del servicio por adelantado, pero inicialmente no sospechó lo que iba a ocurrir después.