Tres ejemplos de indumentaria tradicional de la provincia de Zamora se exhiben en la exposición "Iconos de la indumentaria tradicional" que ha montado este verano el Museo del Traje.

Repartidos en una serie de expositores se articula una selección de piezas de sus fondos de indumentaria tradicional a través de los que se desgrana la variedad y riqueza de esta amplia colección. Entre esas piezas la comisaria de la muestra, Concha Herranz, ha seleccionado una capa de Aliste, un traje de viuda rica de Toro y otro de Pozoantiguo. Las dos primeras prendas han podido verse con anterioridad en citas impulsadas desde el centro o por las instituciones antecesoras del actual Museo, dado que el traje de viuda toresano se exhibió por primera vez en una muestra realizada en el año 1925, mientras que la vestimenta del alfoz toresano "no se había visto hasta el momento".

La jefa de colecciones las ha elegido movida por el deseo de "mostrar la riqueza de la escuela de bordado de Zamora", de la que se considera "una fiel defensora" y en la que desde su punto de vista, "habría que ahondar e investigar porque es capaz de hacer varios tipos de bordado muy distintos entre sí", esgrime esta mujer apasionada por la riqueza de la indumentaria de la provincia que data las tres vestimentas zamoranas en el "último tercio del siglo XIX".

Herranz destaca la existencia de "un bordado erudito, que conlleva un diseño previo como el de los mantos de las imágenes de las cofradías" en el traje de viuda rica de Toro que, en su opinión, "es un bordado icono de zona inconfundible y no existe ninguno similar en toda España". Además, la pieza lleva un "manto de pico de hombros que es la traducción de un mantón de manila por las influencias de las sedas bordadas que venían de Cantón", explica. Este traje forma parte de las piezas presentes en el espacio "Pervivencias", ligado a la fuerza de la costumbre, la memoria colectiva y la transmisión oral. Su inclusión en esa zona del discurso expositivo responde a su vinculación "con la religiosidad de las procesiones y con el vestir de las imágenes, pues lo que pervive es la costumbre unida a la religiosidad", expone la comisaria.

El traje de Pozoantiguo presenta una elaboración "más tradicional, espontánea y tradicional, más libre y más naif" califica. La experta subraya la singularidad del "jubón de lino muy extraño porque habitualmente eran de otros tejidos, pero este es de verano y está bordado en lana y a juego con el pico, hecho de algodón labrado todo con lanas de colores y lentejuelas". El vestido de mujer está enmarcado en la parte de discurso denominado "Expresión de la riqueza", dedicado a los ritos de paso y al ciclo de la vida, ya que la comisaria estima que "se trata de un traje de fiesta con una gran riqueza de bordado".

La tercera referencia de la provincia corresponde a una capa de Aliste elegida por "su característico picado" que en la exposición comparte protagonismo con una tipología de esta prenda, con ejemplos de Soria, otra capa de Tarragona y otra de Valencia realizadas en distintos tejidos, colores y que tenían diversas utilidades. Un valioso testimonio del pasado.