Neumáticos, ropa y calzado, pero sobre todo, residuos de plástico. Este es el panorama que se percibe tras el desbroce de un transitado terreno en el barrio zamorano de Pinilla. La parcela se encuentra frente a la estación de servicio de la zona, junto a la carretera que conduce a Moraleja del Vino. Se trata de un lugar muy transitado, no solo por los vehículos, sino también por los peatones que pasean en los caminos situados alrededor del campo.

Se trata de un terreno privado, cuyos dueños han desbrozado hace unos días, por lo que el trabajo se ha hecho "a instancias del Ayuntamiento, labor que deben realizar todos los propietarios de solares, sobre todo los situados en el casco urbano", declara Romualdo Fernández, concejal de Urbanismo, Obras y Medio Ambiente.

Entre los residuos que la reciente limpieza permite observar se encuentran numerosos objetos de plástico, sobre todo botellas y garrafas, aunque también otro tipo de productos hechos con este material. Además, tras el desbroce pueden verse neumáticos, chaquetas o zapatillas, así como colillas arrojadas al terreno.

En casos como éste, en los que numerosas parcelas se encuentran descuidadas, los propietarios "tienen la obligación de mantener en perfecto estado el territorio", señala. Para que tal obligación sea llevada a cabo con éxito, el consistorio envía, cada primavera, una carta a los dueños de este tipo de terrenos y solares, a modo de recordatorio de su deber de limpiar la zona, "normalmente, las personas suelen hacer caso", detalla Fernández. El objetivo principal de mantener estos cuidados es evitar la propagación de incendios, cuyas posibilidades aumentan con las altas temperaturas estivales en zonas donde la maleza crece continuamente.

Sin embargo, la problemática medioambiental derivada de los plásticos no desaparece después del desbroce, por el contrario, se percibe con mucha mayor claridad. Además, en casos como este no es difícil darse cuenta de la falta de concienciación en gran parte de la población, al generar residuos contaminantes causados por artículos de un solo uso que se tiran para después comprar otro de las mismas características, el cual vuelve a ser desechado al poco tiempo.

Si la situación no cambia, los expertos consideran que dentro de medio siglo habrá más plásticos que peces en el mar. Ante las quejas de asociaciones y consumidores, cada vez más empresas se apuntan a ofrecer alternativas a artículos tan comunes como bolsas, pajitas o envases fabricados con este material. Por el momento, la basura ha llegado a cubrir la pacífica isla de Henderson, aunque, según las circunstancias, no es necesario viajar tan lejos para percibir la existencia de contaminación generada por el uso de plásticos.

Las vacaciones y el tiempo libre propician un mayor número de desperdicios en las capitales. Zamora no se salva del aumento de basura en la época estival. La afluencia de visitantes o el menor interés por el reciclaje en este período son los principales causantes de la mayor acumulación de residuos en estos meses. Los envases, restos de cosméticos o cremas protectoras del sol, así como latas de bebidas y comida para llevar se convierten en residuos que, en muchas ocasiones, acaban en calles y campos. Los municipios, por este motivo, refuerzan el empleo en limpieza y medio ambiente en este momento, aunque también se realizan campañas de recogida de desperdicios impulsadas por colectivos y ayuntamientos.

El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha señalado, recientemente, un aumento de la cantidad de alimentos que se tiran a la basura en verano, debido a las altas temperaturas y el menor tiempo en los hogares.