La Asociación de Sumilleres de Zamora nació en el año 2001 cargada de ilusión. Este año, con ya la mayoría de edad cumplida, se sitúa como una de las organizaciones más consolidadas de la provincia, siempre con la vista posada sobre una buena copa de vino.

Promocionar el vino de Zamora fue el primer objetivo que llevó a los socios fundadores a poner en marcha esta asociación. Todos ellos, profesionales de la hostelería de Zamora, reconocen estar más que satisfechos con lo que representa la Asociación de Sumilleres de Zamora 18 años después de su creación. "Humildes, serios y con muchas ganas de aprender y compartir la experiencia", así define Antonio García Carrión, presidente de la asociación, a los 35 socios amantes del vino, que, insiste, no son expertos, "solo personas dispuestas a experimentar y desarrollar su pasión por el vino". Y aunque muchos son solo aficionados, esta pasión por formarse los ha llevado a participar en varios certámenes regionales y nacionales, en los que su buen paladar y nariz han sido reconocidos.

El programa de actividades va más allá del vino, y los sumilleres zamoranos dedican jornadas a educar su paladar en catas de productos tan valiosos en nuestra dieta como el queso y el café, esta última en concreto, se desarrollará durante el próximo mes de septiembre. "Las actividades son todos los lunes por la tarde, catamos vinos de diferentes orígenes y denominaciones, visitamos bodegas y aprendemos los detalles de cada caldo". Antonio insiste en la importancia de las catas para conocer el mundo vinícola y entrenar los sentidos. "Las catas no son lo mismo que tomar un vino. Participar en una requiere estar concentrado, olfativa, visual y gustativamente. Es un ejercicio al fin y al cabo, en cambio, tomarlo con amigos es puro disfrute", y recalca la importancia de la moderación en todas las situaciones.

El espíritu de la asociación no ha cambiado: seriedad y aprendizaje. Antonio recuerda que allí nadie sabe más que nadie y que todo el mundo es bienvenido. Lo que sí ha cambiado desde los 18 años que llevan en activo es Zamora y sus vinos. "Ahora hay más cultura vinícola, los bares tienen refrigeración y cartas especiales. En general se presta más atención a los caldos y a todo su mundo". Esta atención al detalle se ha transportado también a las bodegas, y el mejor ejemplo para ello es la denominación de origen de Toro. "Los enólogos lo han actualizado a los paladares de hoy en día. Antes la tinta de Toro era demasiado fuerte, y aunque sigue conservando su carácter, ahora tiene una presencia mucho más refinada. Actualmente está entre los mejores vinos de España".

A las catas de la Asociación de Sumilleres vienen enólogos de todo el país, y aunque reconocen que les apasiona descubrir el producto de fuera, su ilusión nace del vino de la tierra, y animan a todo el mundo a "pedir un vino de Zamora, no hace falta que sea de Toro. Por ejemplo, un verdejo de Benavente es muy buena opción", sigue Antonio, y se enfrasca en las bondades de Tierra del Vino y los Arribes del Duero, tras lo que recomienda que "hay que dejarse llevar por el profesional que hay detrás de la barra" y pide a los amantes del vino que prueben algo nuevo siempre que la ocasión lo permita, porque "no tenemos que cerrarnos a consumir un producto al que ya tenemos hecho el paladar". Y es que el mundo del vino da para muchas copas.