Más donaciones y menos rechazo a los trasplantes de riñones para enfermos renales. Es el balance que hace la Asociación para la Lucha contra las Enfermedades Renales en la capital (Alcer Zamora) de las últimas jornadas de concienciación, cuyos resultados se saldan con el aumento de la solidaridad en la población, que cada vez más, se decide a prestar sus órganos.

En Zamora, ha aumentado la cantidad de gente que se muestra sensibilizada con esta temática a nivel provincial, en buena medida gracias a las citadas campañas de Alcer, las más destacadas las que se realizan el Día Mundial del Donante o el Día del Riñón. Últimamente, "han aparecido nuevos donantes, además la gente siempre pregunta para informarse", señala el presidente de la entidad en la ciudad, José Manuel Peláez.

Otro punto destacado en el momento actual es el de la disminución de las negativas de los familiares, cuando se trata de una persona fallecida, que muchas veces se producen "por desconocimiento, sobre todo hace tiempo, o quizá porque el pariente que ha muerto no había comentado su deseo de donar en su entorno más cercano", señala. El aumento de la sensibilización es un aspecto fundamental para el descenso de este tipo de decisiones por parte de los allegados, los cuales, por otra parte, en la mayoría de los casos, "son quienes tienen la última palabra".

A pesar de los datos positivos, el número de enfermos que requieren un trasplante para salvar su vida aumenta más rápido que la cifra de personas que deciden prestar su riñón, incluso en países como España, que se sitúa a la cabeza en cantidad de traspaso de órganos a nivel mundial.

Una vez realizado un trasplante, los facultativos sugieren a los pacientes seguir una vida sana, realizar su día a día, aunque siguiendo una serie de recomendaciones como mantener la actividad física, cuidar la alimentación y seguir las pautas de la medicación correspondiente. Uno de los problemas principales después del traspaso se da en el rechazo del órgano, ya que el cuerpo percibe algo nuevo como ajeno, aspecto cuyo riesgo desaparece conforme va pasando el tiempo. De la misma manera, cabe la posibilidad de que el organismo del paciente no acepte los medicamentos.

La enfermedad renal crónica es una patología que impide a los riñones realizar sus funciones normales, como la filtración de la sangre, puesto que dichos órganos se encuentran dañados debido, con frecuencia, a otros problemas de salud como diabetes o presión arterial alta, entre otras, que, de manera progresiva, han causado la enfermedad. Como ocurre con otras dolencias, esta se presenta de una forma lenta, y muchas veces no se notan síntomas en el primer estadio, aunque si se detecta, los sanitarios trabajan desde ese momento para detenerla o retrasar su avance y evitar, así, que se complique.

Cuando la enfermedad empeora, según explica Alcer, pueden aparecer complicaciones como una subida de la presión arterial, anemia, debilidad en los huesos, mala nutrición, daño nervioso, e incluso insuficiencia renal si se vuelve más grave. De la misma manera, en estos casos, aumentan las posibilidades de padecer enfermedad cardíaca y de los vasos sanguíneos.

En los casos de insuficiencia renal, se vuelve necesario un trasplante de riñón o un tratamiento como diálisis para el paciente, puesto que dichos órganos no pueden continuar realizando sus funciones para mantener vivo al afectado. Por ello, la decisión de donar es muy importante, "porque con los órganos de una persona, no solo los riñones, se pueden salvar muchas vidas, donar es dar vida", apunta Peláez.

Los síntomas con los que se presenta esta patología son, normalmente, calambres musculares, vómitos y náuseas, hinchazón en los pies o en los tobillos, falta de hambre, orinar con frecuencia, o por el contrario, escasez de orina, y dificultades en la respiración o en el momento de dormir. Por otra parte, los varones o personas en edades avanzadas son más propensos a sufrir la enfermedad que otros sectores de la población. Para quienes ya padecen la patología, los tratamientos utilizados en la actualidad pueden consistir en medicamentos para reducir la presión arterial, el colesterol y el azúcar en sangre.

Entre sus objetivos, Alcer promueve la concienciación de los ciudadanos para fomentar la colaboración social, así como dar información sobre la patología y su tratamiento; la potenciación de la investigación en este tipo de enfermedades y las terapias necesarias, con el fin de mejorar la calidad de vida de los pacientes; y la inclusión social de los enfermos renales. Para ello, la entidad lleva a cabo actividades y campañas encaminadas a lograr esos objetivos. Estas acciones resultan muy relevantes, teniendo en cuenta que la enfermedad renal crónica afecta a uno de cada siete adultos en España, cantidad que resultó en el año 2018, y que supera a las de períodos anteriores, con datos similares a los analizados en Estados Unidos. En la última década, la patología ha crecido aproximadamente un 30%.