A penas tienen una semana de vida, pero las barcas de Olivares ya han conquistado el corazón de los afortunados que han paseado en ellas. No es fácil encontrar un hueco en la apretada agenda de estas cinco embarcaciones que "son un éxito", como afirma el encargado de la atracción turística, Luciano.

No se requiere mucho para sentirse barquero por un rato, un poco de experiencia con remos es suficiente. Lo importante es respetar las normas de seguridad, ponerse el chaleco salvavidas y no remar más allá de la azuda de Olivares o el puente de los Poetas "el río Duero tiene corrientes fuertes, lo ideal es respetar las marcas", pide Luciano a todos los visitantes. El entorno rebosa vida. Los Pelambres, ya como zona oficial de baño, el transbordador cargado de descubridores que por primera vez descubren Zamora desde los ojos del río, y para cerrar el elenco, los barqueros improvisados, a bordo de reproducciones de aquellas coloridas barcas de pescadores que adornaban las aguas de antaño. Zamora revive cuando mira al Duero.

No hay excusa para no aventurarse a conocer Zamora desde el agua. Para quienes no saben llevar una embarcación a remos, Luciano pide precaución y recomienda subirse a la Barca de Paso de Olivares. Quien la lleva pasa por las Aceñas en busca de todo el que quiera conocer las lindes del Duero en su compañía. "El transbordador ofrece una visita que imita la que hacían los barqueros de antaño que cruzaban de una margen a otra del río".

"Va a haber mucha cola cuando se entere la gente", auguran los visitantes de hoy, pero el encargado dice que a pesar de que el servicio solo lleva una semana en marcha, son pocos los ratos del día en los que no hay que esperar turno. Todo el mundo colabora, lo que ha facilitado que no haya percances. "Solo hubo un pequeño malentendido con tres jóvenes que se alejaron a la hora del cierre, fuimos a buscarlos y todo se solucionó. Una confusión la tiene cualquiera", tras lo que Luciano confiesa el espíritu de emoción y felicidad que le contagian todos los barqueros. La gente está deseosa por conocer el Duero y disfrutar del verano desde las aguas de Zamora.

"Las vistas son inmejorables", repiten los visitantes. La Catedral y el Castillo son los que más halagos acaparan. También impresiona el paso por entre los cimientos del Puente Romano que se asoman cuando las aguas bajan. Los que decidan dejarse llevar en el transportador podrán alargar la ruta y escuchar las explicaciones del barquero como si de una excursión al pasado se tratara.

Las barcas de Olivares se han puesto en marcha durante este verano como parte del programa de promoción del río Duero. Esta iniciativa busca desarrrolar el potencial ambiental y turístico