"Estaba enterrada en vida. Vivía como una persona totalmente anónima y nadie sabía lo que había hecho en los años 30. A día de hoy todavía me impresiona cómo una persona puede renunciar completamente a su pasado y sepultar su vida". Así de taxativo se muestra el escritor Juan Manuel de Prada al rememorar cómo conoció a Ana María Martínez Sagi, una mujer polifacética que destacó en los años 30 como deportista, poeta, periodista y feminista a la que dedicó en el año 2000 el libro "Las esquinas del aire". Ahora el novelista ha impulsado la publicación de "La voz sola", un volumen que reúne una selección de la poética de la catalana, parte de ella hasta ahora inédita, y una antología de sus artículos periodísticos.

De Prada descubrió, décadas atrás, a Sagi leyendo un libro de César González-Ruano de 1930 titulado "Caras, caretas y carotas". "Me topé con una entrevista a una mujer que no conocía. Comprobé que nadie sabía nada de ella tras hablar con expertos en literatura de la época y en el Internet rudimentario de ese momento no aparecía nada sobre ella. Me picó la curiosidad y localicé libros de ella e incluso algunas publicaciones periodísticas hasta que una amiga que trabajaba en la Seguridad Social averiguó que percibía una jubilación y di con ella. A sus 90 años residía en un pequeño pueblo de Barcelona dejando su pasado atrás", testimonia Juan Manuel de Prada.

Nacida en el seno de una familia burguesa e hija de un empresario textil fundador del FC Barcelona, Ana María, fallecida en el 2000, se educó en francés y castellano, fue pionera del feminismo, poeta y reportera de guerra en el frente de Aragón. Por sus ideales se vio abocada al exilio, primero en Francia, donde se ganó la vida en labores relacionadas con el periodismo y la literatura e incluso llegó a decorar mansiones de millonarios en la Costa Azul, y luego en Estados Unidos, donde fue profesora de francés, para, finalmente, regresar a España en el año 1977.

Pese a que Martínez Sagi tardó dos meses en responder con una llamada a una primera carta que le remitió el escritor criado en Zamora entre ambos nació una amistad que se materializó en un encargo. "Ella me entregó su obra inédita y me pidió que la publicara 15 ó 20 años después de su fallecimiento" porque "no quería molestar al hijo de Elisabeth Mulder, una escritora catalana de la que siempre estuvo profundamente enamorada", y porque "ella estaba muy desilusionada por el desdén y por la falta de interés que recibió a su vuelta del exilio, al volver a una España que guardaba muchos recelos, y consideraba que esa generación no iba a valorar su obra y quería que le leyera otra generación", comparte De Prada.

"La voz sola", publicado ahora por la Fundación Santander, presenta un prólogo de unas 70 páginas donde De Prada narra hechos "contrastados documentalmente" sobre Ana María Martínez Sagi, así como una antología poética, integrada por su obra ya publicada, una selección de poemas que el autor de "La tempestad", "Me hallará la muerte" o "Lucía en la noche" ha localizado en revistas y periódicos, y versos inéditos centrados en la rememoración de la infancia, la nostalgia de España y el amor.

El volumen lo enriquece una selección de artículos en catalán que aparecen publicados en versión original y traducidos por De Prada así como artículos escritos en castellano. En su vertiente periodística, donde demuestra un estilo "propio de la época, pero con gancho", Sagi escribió textos reivindicativos sobre la lucha feminista o el sufragio femenino sin olvidar las entrevistas que realizó "en la mayor parte de los casos a mujeres significativas, como una abogada de presos políticos o una aviadora que había cruzado el océano Atlántico€ todas ellas mujeres muy interesantes" y desarrolló una faceta de corresponsal de guerra. "Cuando ella se va al frente envía unas crónicas que para mí son muy interesantes, pues al margen del sectarismo del momento, aporta una mirada distinta de la Guerra Civil".

El albacea literario de Martínez Sagi todavía custodia textos de esta mujer ignorada por la historia durante décadas. De Prada desea publicar dentro de un tiempo una serie de estampas autobiográficas que, bajo el título "Andanzas de la memoria", corresponde a "unas impresiones vitales ligadas a la memoria" y un texto donde "glosa su amor hacia Elisabeth Mulder a modo de dietario de tono muy lírico", concreta a la par que reconoce a «La voz sola» ha dedicado más tiempo que a la escritura de cualquiera de sus novelas, dado que durante años y todavía a día de hoy en cuanto puede bucea en archivos y hemerotecas (muchos de ellos todavía no digitalizados) para localizar más escritos de Ana María Martínez Sagi, quien tuvo "una vida espectacular, pero al mismo de una profunda soledad".

Innovadora en el deporte al ser la primera directiva del Fútbol Club Barcelona

Ana María Martínez Sagi fue la primera mujer directiva del Fútbol Club Barcelona en el año 1934, una faceta que pone de relieve el documental que lleva por título "La Sagi, una pionera del Barça", guionizado por Juan Manuel de Prada quien remarca:"Ella marcó un hito en España y fuera, ya que fue la primera directiva de un equipo de primera división a nivel mundial". El trabajo documental en algunos momentos roza el docudrama, puesto que a Sagi la encarna una actriz que "mira a la cámara" a partir de unos textos confeccionados por el escritor vinculado a Zamora que también es entrevistado al igual que un sobrino-nieto de la escritora y periodista catalana.

La relación de Sagi con el deporte no se limitó a los despachos, sino que obtuvo una Medalla de Oro en lanzamiento de jabalina en el primer campeonato nacional de atletismo femenino en el año 1931 y fue subcampeona de España de tenis. Además, dedicó algunos de sus artículos al deporte femenino y hasta fundó el Club Femení i d'Esports.