La Junta de Castilla y León ha aprobado una normativa que obliga a los salones de juego que quieran adquirir una licencia para operar en la comunidad a instalarse a, al menos, cien metros de distancia de los centros educativos de la comunidad. Además, los locales de estas características deben guardar una distancia mínima de 300 metros entre ellos, según el acuerdo aprobado por el Consejo de Gobierno de la comunidad en septiembre del año pasado.

La Junta toma estas medidas "como garantía de protección de menores y de control que evite una excesiva implantación de establecimientos de este tipo". Algunas asociaciones han alzado ya la voz de alarma ante lo que consideran una elevada proliferación de estos locales. En Zamora, como sucede en otras muchas ciudades pequeñas, la implantación de las casas de apuestas no es todavía tan elevada como para ser considerada un "problema social", algo que sí apuntan vecinos y asociaciones de localidades más grandes que la capital zamorana.