Pese a los kilómetros que separan a Zamora de la costa, la ciudad volvió a demostrar ayer su devoción por la virgen marinera, por la Virgen del Carmen que volvió a recorrer en procesión las calles del casco antiguo arropada por cientos de personas y por la Cofradía del Carmen de San Isidoro.

Tras la novena de los días anteriores y la jornada consagrada a los más pequeños, donde una veintena de menores vivió el pasado domingo un acercamiento a la advocación mariana a través de una pequeña catequesis, actividades lúdicas o una pequeña procesión de la antigua imagen, en el "día grande" 25 nuevos hermanos recibieron sus escapularios, tras lo que tuvo lugar la misa solemne con presencia de los presidentes de las dos cofradías que honran a esta virgen en la ciudad, la hermandad radicada en el Carmen del Camino, representada por David Martínez, y la ubicada en el Carmen de San Isidoro, presidida por Raúl Miguel.

Ante la mirada de decenas y decenas de personas, entre las que estaban muchos semanasanteros, la imagen abandonó el templo mirando de frente, gracias al mecanismo instalado el pasado año, y por primera vez estuvo acompañada por la banda de cierre de la Cofradía de Jesús del Vía de Crucis, integrada por niños. La procesión, abierta por los menores, avanzó hacia la plaza de la Catedral rumbo a la rúa del Silencio, plaza San Ildefonso, donde se rezó la novena, mientras que en el arco de San Ildefonso y la rúa de los Francos se realizaron las reverencias a la Magdalena y al Tránsito, para proseguir hacia Pizarro, Arias Gonzalo y Obispo Manso para concluir en el pequeño templo románico donde la imagen de la escuela castellana recibe culto.