El derribo del edificio del número 11 de la avenida de la Feria, actualmente en marcha y cuya finalización está prevista para el mes que viene, cierra una primera fase de liberación de la muralla que, indica Guarido, se ha caracterizado por la "rapidez" del Ayuntamiento y por las expropiaciones, acordadas con los propietarios, que han permitido la liberación de más de doscientos metros lineales la edificación que dio a Zamora el título de la "bien cercada".

El Ayuntamiento entra ahora, confirmó ayer el alcalde, en una "nueva fase" en las que actuaciones se prevén "más lentas" pero en la que "no se abandonará" el proyecto de liberación que se inició hace años. De hecho, insiste Francisco Guarido, los planes del equipo de Gobierno van en la línea de liberar todo lo que marca el Plan Especial del Casco Histórico, es decir, todo el paño de muralla que va desde la Bajada de San Martín hasta la Puerta de la Feria. Guarido lamentó que el proceso "hubiera sido más ágil y más barato si se hubiera hecho antes" pero confió en que las actuaciones puedan seguir adelante en los próximos años.

La opción que ahora maneja el Ayuntamiento es la de la expropiación forzosa. Eso sí, los vecinos que vivan en los edificios de la zona y los empresarios que tengan negocios pueden estar tranquilos. Las expropiaciones, que aún tiene que estudiar el Ayuntamiento, serán en cualquier caso para bloques de viviendas en los que no haya ningún residente y para locales comerciales que actualmente estén sin actividad. "Serán unas expropiaciones que no pretenden ser lesivas con nadie", aseguró ayer Francisco Guarido a preguntas de los medios de comunicación tras la celebración de la Junta de Gobierno en el Ayuntamiento de Zamora.