La implantación de la receta electrónica en Castilla y León hace ahora cuatro años ha provocado que las visitas al médico de familia caigan de manera exponencial, más de un 15% desde que se dieran los primeros pasos en el verano de 2015. Ello también ha implicado que estos facultativos hayan aumentado los tiempos de consulta y hayan visto caer la presión asistencial, que se mide en pacientes vistos por día, según datos de la Consejería de Sanidad.

Si hace cuatro años el sistema contabilizó 17,15 millones de visitas al médico de familia, al cierre de 2018 fueron 14,18 millones, un 17% menos, es decir, que cada profesional pasó de ver a 31,54 pacientes cada día, a 24,44. También cayó la frecuentación, es decir, el número de visitas por paciente y año, que se contrajo en casi tres jornadas, al evolucionar de 9,6 a 6,73. La puesta en marcha de la receta electrónica es una de las claves.

En el caso de los pediatras en Atención Primaria se ha observado, asimismo, un descenso, aunque menor, en número de visitas, de 1,4 a 1,3 millones, con una frecuentación muy similar, de 5,4 a 5,8 días, y una presión asistencial también inferior, que ha supuesto pasar de 20,3 a 18,9 pacientes vistos por días. Por lo que respecta a las visitas de los profesionales de Enfermería, la frecuentación cayó, pero de modo residual, de 3,6 a 3,06 días, y la presión asistencial se contrajo, al pasar de los 15,71 pacientes a los 13,31.