Apenas dos días después de soplar las velas de su 110 cumpleaños, Teresa Ortiz ha fallecido en la mediodía de este lunes. La zamorana, la mujer más longeva de la capital y una de las abuelas de la provincia, ha muerto después de vivir durante más de un siglo de vida entregada a los suyos.

Teresa nació en el barrio de La Alberca en el seno de una familia trabajadora en la que se crió hasta que se casó "muy enamorada" de un hombre de juventud eterna que murió joven, con 59 años, a consecuencia de una enfermedad. "Ella lo pasó muy mal porque fue muy feliz con él y le amaba mucho", explicaba su familia a este diario durante uno de sus cumpleaños de los últimos años. Fruto de ese amor vio nacer a cuatro hijos, dos de ellos ya fallecidos, además de sus queridos nietos, biznietos y tataranietos.

Ama de casa y hortelana, Teresa vendía sus lechugas y tomates en el Mercado de Abastos para sacar adelante a su familia. "Tenía que atar lechugas y escarolas para venderlas después", contaba ella misma hace tres años a este periódico.

Sobrevivió a la Guerra Civil española, un episodio histórico que aún recordaba por alguno de los sustos que se llevó. "La Guardia Civil entró en casa porque vio luces encendidas por la noche y yo lo único que estaba haciendo era acostar a los niños", narraba.

Desde hacía varios años, Teresa vivía en la residencia Niño Jesús de la capital donde sus cuidadoras la definían como "genio y figura" dado su carácter temperamental. Hasta la fecha, su estado de salud había sido envidiable pero la edad ya comenzaba a pasarle factura. Sus familiares y allegados le darán su último adiós tras 110 años de vida este martes en la iglesia parroquial de Cristo Rey.