La mirada de Teresa sigue atenta al mundo y en especial, a Zamora, la tierra que ayer hizo 110 que la vio nacer. También mira las velas de su tarta de cumpleaños antes de soplar, y aunque sabe que necesita una pequeña ayuda, se enfada si le echan una mano. «Es genio y figura», confiesan sus más allegados. Esta pequeña celebración se repite cada año en el salón de la residencia Niño Jesús de Zamora, donde Teresa vive desde 2011. Cada cumpleaños es más especial que el anterior, fecha en la que se reúnen desde hijos a biznietos.

En esta ocasión los invitados han bailado sevillanas, para descontento de Teresa, una mujer tranquila y amiga del silencio. La centenaria ha disfrutado de una fiesta con globos, una corona y un ramo de flores, además de la tarta, pues puede comer de todo, «su analítica es de libro», confiesan sus cuidadoras. De hecho,Teresa puede presumir de las pocas veces que ha estado mala. «El doctor Morales, su médico, deja recuerdos para Teresa cuando viene a la residencia, a ella casino la conoce, está perfecta». Pero lo que todo el mundo señala es lo clara que sigue la mente de la bisabuela.

La salud de Teresa es su carácter, coinciden todoslos que la conocen. Es madrugadora, la primera de sus compañeros en levantarse. Da besos a su cuidadora, y no perdona la ducha, le encanta el agua. También recibe muchas visitas, en especial de sus hijas y nietas, quienes suelen acompañarla mientras come o después de la siesta.

Teresa no ha tenido una vida fácil. Como muchos otros, la ya centenaria trabajó toda su vida ligada al campo. Sus hijas recuerdan aún una huerta en el polígono zamorano deArenales donde pasaron gran parte de su juventud. Crió cuatro hijos, y a los 59 años, Ortiz tuvo que superar además el fallecimiento de su esposo, a quien estaba muy unida.

Ahora la vida pasa tranquila para ella, quien se esconde en su habitación, sin televisor, disfrutando el silencio e ignorando el paso del tiempo. Ella no es consciente del privilegio de tener la mirada más antigua de la ciudad. Teresa sigue atenta a Zamora, y Zamora sigue atenta a Teresa.