Un baile cautivador, a la vez que emocionante. Así es el tango argentino, promovido por colectivos como la asociación cultural de aficionados al tango argentino Danzarín Zamora. En verano, las actividades y eventos del grupo no cesan, sino que, por el contrario, atraen a la población y turistas por las calles de la capital. Algunos de sus miembros, cuyo número no ha dejado de crecer desde los comienzos, han llegado a viajar por todo el mundo con el único objetivo de bailar.

Entre los próximos planes de Danzarín Zamora, se encuentra la continuación de sus ya tradicionales miércoles de tango, en los que las milongas son protagonistas, de 20.30 a 22.30 en la plaza de Santiago. Allí, los bailarines hacen muestras de "las tres principales variedades de esta danza: el tango, el vals porteño y la milonga criolla", detalla la presidenta de la agrupación, Angélica Quintero. Otro evento que tendrá lugar en esta temporada cosiste en "la actuación Pasión Tanguera, que se realizó en el Teatro Principal de Zamora, un espectáculo en el que se narra la historia del tango con escenas, esta vez en Villanueva del Campo". "En verano, nos centramos en las actividades al aire libre, que inauguramos con la primera gran milonga de San Pedro, en La Marina, además de lo que requieran en otras localidades", añade.

Así será hasta octubre, cuando la asociación comenzará de nuevo con las milongas de gala cada fin de semana, como ha sido durante la pasada temporada. En ellas, estos bailes, de una duración de un mínimo de tres horas, pueden ser temáticos, por ejemplo sobre "los años 20, rojo y negro u hombre con hombre, en recuerdo de la época en que el tango estaba mal visto y solo estos bailaban".

A lo largo de los cuatro años de existencia del grupo de aficionados al tango en la capital, sus miembros han observado la buena reacción de la gente, a pesar de que "el tango es un baile difícil de aprender, y a veces también difícil de entender por su complejidad técnica, por eso algunas veces hay personas que se ponen a bailar y lo tienen que dejar, pero una vez que las atrapa, es para toda la vida", apunta Quintero. De esta forma, dejarse llevar es la clave para una buena ejecución del "baile del abrazo", ya que, en el verdadero tango argentino, "el hombre manda y la mujer no sabe cómo va a ser la danza, a veces no conoce a su pareja, pero tiene que abrazarlo porque sabe que así lo va a entender, y una vez que el hombre hace las combinaciones, depende de la destreza de los dos", explica la presidenta de Danzarín. Además, "la invitación el baile es algo muy bonito, normalmente se hace por cabeceo, que consiste en fijar la mirada en la mujer y si esta no la retira, quiere decir que acepta; es un baile de muchas reglas, pero muy pasional", agrega.

La agrupación zamorana, además de participar de forma activa en eventos dentro de la ciudad, se ha movido por todo el país, donde "hay una oferta inmensa, una verdadera pasión", según su presidenta. También en la provincia se han celebrado encuentros de aficionados al tango, en los que han acudido personas de muchas ciudades de Castilla y León y otras comunidades. A esto hay que añadir la cita anual que tiene lugar en Coreses todos los años en marzo, para celebrar el aniversario del grupo, en la que se reúnen más de un centenar de "tangueros".

Algunos de los miembros han llegado a viajar al extranjero en varias ocasiones en busca de milongas, "a París, Londres, Venecia, Viena, Praga, Brasil; y por supuesto, Buenos Aires, tres veces". Entre viaje y viaje, los encuentros con gente de todo tipo han sido habituales, y el público aficionado al tango no tiene edad, puesto que puede haber "desde gente de 20 años hasta personas de 70, el abanico es muy amplio, aunque quizá la media de aficionados se encuentra a partir de los 30", señala Angélica Quintero.

Después de que la presidenta y su marido crearan el colectivo zamorano, este ha crecido notablemente, "estuvimos mucho tiempo bailando en una asociación de Valladolid, y arrancamos en Zamora con unos amigos, éramos 12 o 15 y ahora somos más de 60", comenta Quintero.

Así, el tango, que quizá es un gran desconocido, podrá dejar de serlo en poco tiempo, y asociaciones como Danzarín están más vivas que nunca para lograrlo.