Una vez que se había conseguido, por fin, que todos los sistemas de receta electrónica de las distintas comunidades autónomas fueran interoperables, de tal forma que un paciente de Madrid, Galicia o el País Vasco que venía aquí de vacaciones, o al contrario, pudiera conseguir sin dificultad su medicamento, resulta que el sistema informático no tiene capacidad suficiente y en muchas ocasiones el farmacéutico no puede servir el medicamento.

El presidente del Colegio de Farmacéuticos, Juan Prieto Corpas, explica que con la incorporación de Madrid se había cerrado ya la interoperatividad de la receta electrónica de Castilla y León con el resto de comunidades autónomas españolas.

Sin embargo durante este verano se están produciendo serios problemas cuando un usuario de otra comunidad llega a una farmacia con su receta electrónica, porque el sistema que tiene sus nodos informáticos en el Ministerio de Sanidad, en Madrid, ha incorporado mucho más tráfico (al sumarse precisamente la comunidad madrileña), en verano hay una "sobrepresión" en estos sistemas de receta electrónica porque la gente se desplaza más (se nota en provincias como Zamora, con el regreso de muchos emigrantes) y además por la misma vía se metió el sistema de verificación contra la falsificación de los medicamentos.

El resultado es que "los tiempos de respuesta son más altos" y las conexiones se enlentecen hasta tal punto que en ocasiones hacen imposible atender a los usuarios. El problema crea importantes problemas, ya que los pacientes sufren un serio contratiempo al no poder conseguir su medicación y sobre todo los farmacéuticos rurales, que tienen en estos meses su punto álgido de negocio, ven que no pueden atender muchas de las solicitudes que les llegan. Dejar la tarjeta sanitaria a ver si a las horas de mediodía, cuando baja el tráfico informático se puede intentar con más suerte es una de las estrategias de andar por casa que se siguen para solventar el problema, aunque teóricamente no se pueda hacer así.

La Consejería de Sanidad de Castilla y León también está intentando mediar ante el Ministerio para solucionar un problema que es nacional, pero que afecta sobre todo a esta comunidad y Castilla La Mancha. De momento ha dado instrucciones a los médicos y a los farmacéuticos para que los casos que requieran medicación con relativa urgencia y no se puedan atender porque no funcione la receta electrónica se sustituyan con una receta tradicional. Para ello, claro, el usuario debe acudir al médico para que le extienda la receta de papel.

"A los farmacéuticos nos ponen contra las cuerdas, porque los enfados de los pacientes recaen en nosotros y encima estamos perdiendo una parte importante de facturación", explica Prieto Corpas.

Los problemas de la receta electrónica se suman a los habituales de carencia de profesionales para cubrir las vacaciones de verano y el aumento de población que registran los pueblos de la provincia.