Es el herbicida más usado a nivel mundial, porque es efectivo y porque es barato. Sin embargo, el uso del glifosato lleva tiempo en tela de juicio. Diversas organizaciones, no solo ecologistas, han advertido ya de sus posibles efectos adversos sobre la salud.

Ecologistas en Acción de Zamora (EEA) es una de esas asociaciones. De hecho, se muestra muy crítica con el uso indiscriminado de este herbicida en las cunetas de las carreteras de la provincia. Tanto, que ha enviado dos cartas a la Diputación en las que exige explicaciones y hace una petición "para no usarlo en los terrenos de su competencia".

En la misiva, EEA recuerda que el glifosato ha sido calificado como "probablemente cancerígeno para los seres humanos" por la Agencia de Investigación sobre el Cáncer, que forma parte de la Organización Mundial de la Salud, y se muestra muy crítica con el hecho de que estos herbicidas químicos se estén empleando en parques, jardines y espacios públicos sin la adecuada protección personal ni el necesario aviso de peligro para los habitantes del municipio. "Se sigue empleando porque "es más sencillo echar herbicida que cualquier otro método para que la maleza no vuelva a crecer", explica Enrique González, de la organización zamorana.

No es la única agrupación que se muestra contraria a su uso. También CC.OO. criticó que se emplease este herbicida que ha sido "clasificado como probablemente cancerígeno (...) basándose en estudios epidemiológicos en trabajadores agrarios de Estados Unidos, Canadá y Suecia".

Algunos países ya han dado el primer paso hacia su retirada total. El primero de ellos, Austria, que ha prohibido su uso hace tan solo unos días, a pesar de que la Ordenanza de Protección de Plantas de la UE autoriza que se emplee el glifosato hasta finales del año 2022. "El problema", cuenta González, es "que se trata de un herbicida muy tóxico y muchas veces usado por personas que no tienen la suficiente cualificación".

En la carta enviada a la institución provincial, EEA Zamora, recuerda que su uso es además ineficaz a la hora de la prevención de incendios, ya que "adelanta el secado de la cubierta vegetal' y deja de lado la importancia de las cunetas como "reservorios y corredores de la biodiversidad".

Existen, recuerdan desde la organización, alternativas más naturales como el control de la vegetación mediante métodos mecánicos, como la desbrozadora. Lo importante, señalan, es abandonar cuanto antes su uso porque "influye en la salud".

Y es que al emplearse en cunetas, es muy probable que llegue a la alimentación del ganado y a los cultivos de las zonas próximas. Es más, señalan, pueden llegar a los acuíferos y de ahí a los ríos, con lo que el peligro se incrementa aún más.

Un análisis del agua del rio Duero, de hecho, sacó a la luz dats preocupantes, ya que se encontraron doce plaguicidas de los que diez se sospecha que son o pueden ser disruptores endocrinos, según un informe elaborado con los datos obtenidos por los programas de vigilancia de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD).

En España por ahora no se ha prohibido que se emplee, aunque en ciudades como Sevilla se abolió su uso, aunque la organización ecologista reveló que lo había vuelto a emplear "desoyendo las alarmas que hay sobre sus efectos para la salud".

Ecologistas en Acción Zamora aún no han recibido respuesta a ninguna de las misivas enviadas.