El arreglo de una avería en las redes de distribución eléctrica en el barrio de la La Lana acabó provocando un escape de gas de considerables proporciones, ya que estuvo fluyendo durante aproximadamente una hora hasta que los técnicos lograron definitivamente cortar el suministro. Todo ocurría en la calle Sancho IV, la arteria central del barrio de La Lana, justo en la esquina de confluencia de la calle Cortalaire.

La jornada anterior se había difundido un aviso para advertir que el tráfico rodado iba a estar cortado en la calle Sancho IV durante toda la mañana en el tramo comprendido entre las calles del Riego y la Pulga. El motivo: que Redes Eléctricas Inteligentes, nueva marca de Iberdrola, tenía que reparar una de las líneas de distribución eléctrica.

Sin embargo, hacia mediodía la máquina dotada de martillo que demolía el pavimento para poder acceder al subsuelo de la calle topaba con un inesperado obstáculo, un tubo de los que sirven para la conducción del gas. El martillo abrió un agujero en la tubería del gas, que empezó a fluir libremente y dejó su inconfundible olor por las calles del barrio.

Inmediatamente se dio aviso a los bomberos, que acudieron para tratar de minimizar las consecuencias del escape y a los técnicos de la empresa del gas, que fueron los encargados de cortar definitivamente el suministro. La tarea llevó su tiempo, como relataba uno de los operarios que se vio implicado en el incidente: "Ha estado saliendo gas una hora".

Corte peatonal

En estas circunstancias el corte de la calle Sancho IV no se limitó al tránsito de vehículos, sino tam bién de peatones, aunque a los vecinos se les permitía acceder a los portales sin mayores problemas.

Los bomberos utilizaron un camión y las mangueras para controlar la fuga de gas.

En cuanto a las causas de la avería, parecen estar en un deficiente diseño de la canalización de gas, a juicio de los operarios que se encontraban en el lugar. Efectivamente, las tuberías de gas suelen ir enterradas a considerable profundidad, llevan encima una capa de tierra y más arriba una lámina de plástico de amarillo chillón que sirve para que en caso de una perforación de la calle el operario del martillo o la excavadora se percate de la proximidad de la instalación y extreme la precaución.

En este caso, sin embargo los operarios se encontraron con la tubería a una distancia de tan solo 15 centímetros de la superficie de la calle y sin que hubiera ningún aviso previo en forma de plástico amarillo. De tal forma que en una embestida del martillo se produjo el gran agujero que propició el escape de gas. Por fortuna no hubo que lamentar heridos y tampoco fue necesario evacuar al vecindario.