Entre gritos, aplausos y alguna que otra lágrima, cerca de treinta niños saharauis de una expedición de 36 han llegado este mediodía a Zamora para pasar el verano acogidos en familias de la provincia gracias al programa Vacaciones en Paz.

"Viven con más de 50 grados durante el verano", cuenta Elena Haedo García, secretaria de la Asociación Zamorana por el Sáhara, que asegura que su situación allí es precaria: rodeados de restos de coches, descalzos y con poca comida, "aunque lo que más llama la atención es que siempre sonríen. Son felices".

El acto más emotivo se ha desarrollado en el salón de actos del Ayuntamiento, donde tras el recibimiento del alcalde, la presidenta de la organización, Inés Prieto Bragado, ha ido leyendo el nombre de los niños y la familia que los acogerá durante el verano. Abrazos, lágrimas y muchas sonrisas en los rostros de los más pequeños, muchos de ellos por segunda o tercera vez en la ciudad.