El Sindicato de Enfermería, Satse, ha denunciado que el afán cortoplacista por ahorrar dinero ha vuelto a llevar a los distintos servicios de salud autonómicos a cerrar, al menos, 12.700 camas durante este verano, de las cuales, 452 se clausuran en Castilla y León, lo que afectará negativamente a la seguridad y salud de los ciudadanos, así como de las enfermeras, enfermeros y fisioterapeutas.

En Zamora, según la información facilitada por el sindicato, no se cerrarán camas a mayores, pero recuerda que Sacyl mantiene durante prácticamente todo el año una planta con 28 camas cerrada en el Hospital Provincial.

En la provincia de Ávila se cierran 28 camas del Hospital Nuestra Señora de Sonsoles, mientras que en el Hospital Universitario de Burgos se cerrarán, en total, 72 camas. En el Hospital de León se cierran 22 camas de la planta 12 y en el Hospital Monte San Isidro se cierran 27 camas, mientras que en Palencia se cierra la planta 9ª del Hospital Río Carrión por obras (32 camas) y en el Hospital de San Telmo clausuran camas en cada unidad: 16 de Medicina Interna y 13 de Paliativos.

En Salamanca se clausuran aproximadamente 40 camas y en Segovia, 10 camas,y en Soria 27.

El Hospital Universitario Río Hortega de Valladolid cierra 37 camas, el Clínico Universitario, 74 camas, y el Hospital de Medina del Campo, 26.

Satse critica que las distintas administraciones sanitarias públicas utilicen todos los años como "chivo expiatorio" el argumento de que "la gente se va de vacaciones" para cerrar camas y servicios, además de "no suplir adecuadamente a las enfermeras, enfermeros y fisioterapeutas en los centros, lo que conlleva un menor número de ellos para atender adecuadamente a pacientes y ciudadanos".

El Sindicato lamenta que, "en lugar de aprovecharse el verano para seguir trabajando en la reducción de las listas de espera, éstas se incrementan aun más al paralizarse las consultas externas, las pruebas diagnósticas y las intervenciones quirúrgicas no urgentes. "Seguir afirmando que no cierran camas sino que adecuan la oferta asistencial a la demanda o simplemente decir que no están cerradas sino en reserva es un insulto a la inteligencia de cualquiera. Se trata, ni más ni menos, de ahorrar dinero a costa de la atención sanitaria que se presta a pacientes y ciudadanos", apunta Mercedes Gago, zamorana responsable del sindicato.

Otra consecuencia negativa del cierre de camas es "la masificación de pacientes en los servicios de urgencias, obligando a los profesionales sanitarios a atenderlos, en muchas ocasiones, en zonas no habilitadas para ello, como los pasillos. También aumenta el índice de enfermos que no son atendidos en la unidad correspondiente a su patología, lo que deteriora la calidad de la asistencia recibida".