Con el final de junio, las Ferias y Fiestas de San Pedro se despidieron también hasta el año que viene. La exhibición de fuegos artificiales puso el punto final a diez días de actividades, más o menos tradicionales, y de espectáculos "variados y para todas las edades". Así lo indicó ayer, en el balance provisional de los festejos, el concejal del área, Sergio López, que prácticamente tomó posesión del cargo sobre la marcha y que destacó sus buenas sensaciones tras un San Pedro "positivo".

Las fiestas, que arrancaron el pasado 21 de junio, volvieron a echar a los zamoranos a la calle para disfrutar del programa de actividades. Nuevamente, la feria de día volvió a dar ambiente a la zona centro, con las 22 casetas instaladas para la ocasión en el eje situado entre la plaza de la Marina y la plaza de Sagasta. Con la excepción del lunes lluvioso, en el resto de San Pedro, la afluencia a estos puestos fue masiva.

A falta de datos concretos, que se comunicarán "en detalle" durante los próximos días, la asistencia de público a las ferias principales también estuvo a la altura de las expectativas: "Hemos visto bastante ambiente desde el primer día, a pesar de la ola de calor", apuntó Sergio López. Las temperaturas apretaron en los últimos días, con tardes que llevaron los termómetros hasta el umbral de los 40 grados, pero el público "respondió a pesar de todo", según indicó el concejal de Juventud y Festejos.

En cuanto a la actividad nocturna, López reconoció el éxito de conciertos como el de Marea o Manolo García, ambos de pago, que atrajeron a numeroso público al auditorio Ruta de la Plata y a la plaza de la Catedral respectivamente: "Además, la Plaza Mayor estaba bastante llena en las actuaciones", remarcó el edil de Izquierda Unida. Shinova, Rayden o La Pegatina, aparte de varios grupos locales, orquestas y dj's, pasaron por el escenario durante una semana en la que primó "la variedad". En ese sentido, y teniendo en cuenta la gran cantidad de peñistas que se echó a la calle durante la madrugada para participar en la jarana, Sergio López subrayó la "buena convivencia" que ha imperado durante las noches de San Pedro, más allá de algún "incidente aislado.

En general, desde la corporación municipal, entienden que el modelo de fiestas puesto en marcha a partir del año 2016 "funciona bien", por lo que cabe esperar un cierto continuismo durante los próximos cuatro años.

Esta tendencia pasa por incluir algunas actividades novedosas, pero también por tratar de conservar las tradicionales, como las ferias del Ajo y la Cerámica que, un año más, volvieron a tener un protagonismo principal en la ciudad en los últimos días de las fiestas patronales.

"San Pedro funciona" sentenció ayer el alfarero Ramón García Casado quien representa a su gremio en la comisión que organiza la XLVIII Feria de la Cerámica y Alfarería Popular, inaugurada el pasado jueves con buenas expectativas, unas previsiones que se han cumplido a decir de los artesanos del barro. "Cuando la fiesta cae en fin de semana se nota porque viene más público, tanto los zamoranos que viven fuera o amigos de zamoranos, y hay más ánimo de compra" desgranó el profesional de Pereruela situado en la plaza de Viriato, donde este año se ha optado por situar a cuatro profesionales menos para poder abrir otra calle central, lo que ha permitido al público transitar sin dificultades y , sobre todo, conocer mucho mejor las propuestas ofrecidas por cada profesional situado bajo la atenta mirada del pastor lusitano. "Ha sido un acierto pleno porque ha dinamizado mucho la feria, estéticamente queda bien y los puestos son más amplios", certificó García Casado.

Las altas temperaturas no han influido en las adquisiciones de piezas de alfarería, que han alcanzado el nivel del junio anterior, sino en la concentración de mayor cantidad de público en las horas de menos insolación. "Pese al tiempo ha habido un ritmo de afluencia lo que ha hecho que se mantengan", certificó el alfarero que precisó que adquieren más cacharros "el que viene de fuera, que aprovecha" pero "el zamorano tiene ya por costumbre comprar, aunque sea solo una pieza" una fidelidad que se consigue "dando calidad, pues en Zamora gusta lo bien hecho", concluyó este alfarero.

Israel Álvarez Gato, de Tiedra, debutó en la cita zamorana con ejemplos de la recuperación de la cerámica tradicional de su pueblo. "He apostado solo por piezas tradicionales desde castañeras, ollas, orinales o los cántaros de novia (la pieza estrella que regalaba los mozos a las jóvenes cuando se comprometían con ellas) situadas en el suelo como se hacía antaño y han interesado a los visitantes, cuando lo usual es vender solo las piezas más actuales".

Respecto a la cerámica, Ramón de la Mata, uno de los representantes de este sector en la comisión organizadora, estimó que "ha ido bien". Este año "ha habido seis puestos menos porque hemos primado la calidad a la cantidad y hemos intentado dar más espacio a los expositores, con un frontal de tres metros y medio". A mayores "se ha ampliado la carpa, una labor que ha hecho Caja Rural, y el tiempo ha acompañado, aunque haga hecho calor, pero... estamos en junio", sintetizó.

El ceramista asentado en Benavente aseguró que "Zamora tiene mucha tradición y es una de las ferias donde más se vende y donde el público entiende". Sobre el tipo de cliente que estos días ha pasado por la plaza de Claudio Moyano el artesano certificó: "Somos una provincia humilde donde el público es comprador y tiene un criterio e incluso se está muy acostumbrado a regalar cerámica, lo que hace posible que se mantengan las ventas". A los clientes locales se unen personas que viene del extranjero "a comprar directamente a los productores, sin intermediarios, porque en Zamora nos reunimos más de 80" y añadió que "los artesanos tenemos que defender nuestro producto de cara al público".

Y nuevamente con el cliente de Zamora ha tenido contacto Cécile Brillet, ceramista desplaza desde Oviedo que no venía desde hace cuatro años. La profesional certifica que "la feria ha ido muy bien con mucha gente, pese al fuerte calor" opinó esta artesana que ha desplazado desde Asturias. "Vine por primera vez hace 18 años y repito porque está muy bien montada y tiene un gran encanto además el público aprecia mucho la cerámica".