Ya sé, ya sé.... No es una misa, no hay consagración, no exime del compromiso semanal, y no tiene nada que ver con su liturgia. Pero Narciso, don Narciso, el afable y docto párroco, nos lleva en volandas por las enseñanzas divinas y piadosas con un perfecto ensamble del universal arte. Además, ha ocurrido este año, como ocurrió el pasado con el gran Ricardo Fernández del Moral, que los artistas han pisado el barro de las vivencias. Y eso siempre deja poso. Los pacenses, Manuel Pajares al cante y Juan Manuel Moreno al toque, en una monumental puesta de largo artística, no solo corroboraron su categoría de representación avanzada en el flamenco extremeño, además, lo hicieron también elevando la espiritualidad de los concurrentes, que como siempre, llenaban el monumental templo de San Juan.

Seis interpretaciones flamencas celestiales. Entrada por tientos y pinceladita de remate por tangos.

El Kyrie eleison por la sobresaliente malagueña grande de Enrique 'El Mellizo'.

El Gloria, interpretado por bulerías romanceadas, con una gran elevación emotiva.

El Santo va por tanguillos de Cádiz para rebajar la tensión piadosa e introducirnos en uno más de los momentos sublimes: El Padre Nuestro, por rondeña y fandango abandolao en la estela de Frasquito Yerbagüena.

Se cierra esta memorable cita espiritual, preámbulo del XLIX Festival Flamenco de Zamora, por seguiriyas para enaltecer Cordero de Dios. La Primera de Francisco La Perla y la de cierre de Manuel Molina. Aplauso prolongado, con todo el público puesto de pie y deseos de que se repita. Es posible, los pacenses son amigos.